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A TIRO DE HIT

Gran reto para Aaron Boone

Hace unos meses, escuchamos a Aaron Boone declarar en una entrevista que le intrigaba la idea de algún día ser dirigente de Grandes Ligas. El antiguo antesalista se había retirado unos siete años antes, y poco tiempo después inició una exitosa carrera como comentarista de la cadena ESPN.

Escuchando los análisis de Boone y su comunicación fluida en las transmisiones, pensamos en ese momento que podía ser un candidato interesante para algún equipo. Estamos hablando de un hombre que es tercera generación en una auténtica familia de béisbol.

Su abuelo Ray fue un torpedero que obtuvo un liderato de carreras impulsadas en la década de los 40, mientras que su padre Bob fue un excelente cátcher con múltiples equipos y luego dirigente. Bret, el hermano mayor, había sido un ofensivo intermedista que llegó a remolcar 141 carreras en una temporada. El propio Aaron conectó el dramático cuadrangular que definió la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2003, vistiendo el uniforme de los Yankees de New York.

Los miembros de las tres generaciones fueron “Todos Estrellas” y jugaron en Series Mundiales. En ese ambiente nació y creció Aaron Boone. Sus conocimientos de béisbol comenzaron a cultivarse temprano, y es obvio que la instrucción que recibió fue de primera.

Las credenciales son envidiables, por lo que no nos sorprendió que fuera incluido en la lista de candidatos a ser entrevistados por los Yankees. Lucía poco probable que ganara la carrera frente a otros candidatos que habían estado en uniforme luego de retirarse y que en algunos casos habían sido dirigentes o coaches de Grandes Ligas (como Eric Wedge, Hensley Meulens y Rob Thomson).

Sin embargo, concluido el proceso de entrevistas, Boone fue primero mencionado como finalista junto al domínico-curazoleño Meulens, y prácticamente minutos dispuestos anunciado como el nuevo capataz de la franquicia más ganadora del negocio. Tan grata fue la impresión que causó al gerente Brian Cashman y otros ejecutivos de los Yankees, que una entrevista final con el propietario Hal Steinbrenner fue cancelada.

Steinbrenner expresó que entendió que la conversación era innecesaria visto el respaldo logrado por Boone dentro del grupo de sus principales subalternos.

Así las cosas, un hombre de innegables credenciales pero con cero experiencia de terreno luego de cesar como jugador tiene en sus manos uno de los empleos más deseados en el deporte profesional.

Pensamos que Aaron Boone tiene las cualidades para salir airoso en este reto. Su facilidad de comunicación y cualidad de poder “conectar” con los demás fueron atributos que impresionaron a Cashman y su equipo. También está al día con la analítica y el uso de estadísticas “sabermétricas” que los Yankees (y prácticamente todas las organizaciones) requieren de cualquier manager de esta era.

Aunque no ha estado en uniforme, su trabajo con ESPN le ha permitido interactuar con algunas de las mentes de béisbol más aventajadas de esta época, hombres como Joe Maddon, A.J. Hinch, Dave Roberts y uno más veterano como Buck Showalter.

El juego ha sufrido cambios significativos luego del retiro de Boone, con la utilización cada vez más generalizada de las analíticas, que ha traído consigo cambios que van desde nuevas estrategias sobre cómo utilizar un cuerpo de lanzadores (ver el ejemplo de los Dodgers en 2017) hasta la aplicación de los “shifts” o formaciones defensivas.

Su trabajo como comentarista de una cadena nacional le facilitó observar estos cambios y dialogar con hombres que han sido artífices del movimiento.

Entonces, podemos concluir que Aaron Boone está equipado para comunicarse de manera efectiva con sus jugadores y con su oficina, que reúne cualidades para manejar el constante escrutinio de prensa y fanáticos que es reto diario de cualquier dirigente en New York, y que se ha mantenido al día con la enorme cantidad de información estadística que incide de manera directa en la toma de decisiones dentro y fuera del terreno.

También se entiende que representa el cambio que los Yankees buscaban al poner fin a la era de Joe Girardi, por su temperamento más relajado y por ser aparentemente capaz de forjar mejores relaciones con los jugadores del equipo, sobre todo los estelares jóvenes como Aaron Judge y Gary Sánchez. Integrar a Giancarlo Stanton a la dinámica del equipo y facilitar su adaptación en un mercado tan exigente también se convierte en un punto importante de su agenda inmediata.

No obstante, esta es una decisión valiente y arriesgada de la gerencia de los Yankees. También demuestra el cambio en las exigencias del puesto de manager, cuyo trabajo hoy en día es tratar de construir una cultura positiva, manejar la prensa de manera efectiva y dejar que sus jugadores hagan el resto.

Los Yankees han construido un equipo con las condiciones para competir por títulos divisionales y campeonatos por años. La presión de ganar será una realidad. ¿Podrá Aaron Boone emular a Joe Torre o a Girardi como dirigentes campeones en el Bronx?

El tiempo tendrá la última palabra. Pero sabemos que se espera que presente resultados positivos (en Nueva York eso significa campeonatos) de inmediato. La presión comenzó el día que fue presentado a la prensa.

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