Un réquiem por Juancho Carretero

Hoy nuestro ruego es por el eterno descanso del alma del excelente atleta vegano. Exaltado a la inmortalidad del deporte de su pueblo, La Vega en el V ceremonial celebrado el año de 1994. Con su fallecimiento el 14 del pasado mes de noviembre, nuestra ciudad ha perdido un vegano de principios a toda prueba.

Ángel Juan José Carretero y Gómez se distinguió en la práctica deportiva de alto rendimiento, como se dice hoy, de varios deportes: béisbol, softbol, fútbol y voleibol, siendo este último en el cual más sobresalió, llegando a formar parte de la selección nacional, que nos representó en los IX Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en la ciudad Kingston, Jamaica en el año de 1962, conquistando la medalla de plata. Junto a sus dos hermanos también fallecidos: José Rafael (Cucho) y Luis Ángel constituye otra trilogía de veganos distinguidos en el deporte nacional.

En el año de 1968, el 4 de octubre al constituirse la Unión Deportiva Vegana (UDEVE), la primera institución de su género el país, que el próximo año cumple 50 años de vida. Juancho, además de ser uno de sus miembros fundadores, fue juramentado como su primer presidente. Tiempo después junto a dos distinguidos veganos: Dr. Porfirio Gómez Jiménez (Porfirito) y el Dr. Ludovino Sánchez Díaz, que dirigieron la Federación Dominicana de Fútbol.

después de estar junto en la lucha por el desarrollo de nuestro pueblo, nos encontramos en el sector laboral en el año de 1971 en los Laboratorios J. Gassó Gassó, él trabajando para Bristol Meyers y yo para Boehringer Ingelhaim, luego él pasó a Abbott Dominicana y nosotros a los Laboratorios Dr. Collado. Siempre nos dispensamos el mismo aprecio y la admiración de dos compueblanos amigos.

A su hoy viuda, profesora Violeta Galán y a sus hijos, los veganos les pedimos conformidad, ya que tuvieron a su lado por largos años, a un hombre serio, honesto, solidario y con un amor por los suyos y su pueblo a toda prueba, basta con leer la poesía Mi Pueblo dedicada a La Vega. Como muestra las estrofas finales.

¡Qué grande eres, Vega mía!...

Aunque las musas de ayer

no inspiren hoy a tus hombres,

Aunque tus atletas de hoy

no hagan honor a tu nombre,

basta y sobra con tu historia

No necesito de musas para cantarte, mi pueblo...

para cantarte mi pueblo... sólo necesito y quiero...

Que se hiera mi memoria!

Que sangren los recuerdos!

Paz a su alma.