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Tony Piña CámporaTwitter:@pinacampora

Entre los atletas de longevas carreras en las Grandes Ligas se destacan dos dominicanos. Uno es Julio Franco, autor de la hazaña de disparar un jonrón con mayor edad a esos niveles. El cuatro de mayo de 2007, defendiendo la inicial de los Mets, logró sacar una bola servida nada más y nada menos que por Randy Johnson que lanzaba para los Diamondback. El dominicano cumplía 48 años y 254 días de nacido y Johnson estaba en los 43 años, asimismo en las postrimerías de una esplendorosa carrera. Con ese batazo superó su propia marca que había establecido el año anterior como bateador emergente contra los Padres. Entre la Gran Carpa, circuitos minoritarios e independientes, Franco se mantuvo en actividad durante 37 años, de 1978 a 2014 y es el dominicano que más hits ha disparado en toda la historia, un total de 4,279, incluyendo los conectados en el circuito dominicano, todo eso en 13,864 turnos al bate, cifras que arrojan un impresionante promedio de bateo de .309.

El otro es Bartolo Colón, lanzador que consiguió un retorno a las ligas mayores en 2011, después de un año de ausencia. Había acumulado una notable carrera entre 1997 y 2009 y en su regreso enseñó una transformación de sus habilidades para lanzar que le ha permitido permanecer dignamente en ese escenario a los 44 años, incluso con mejores resultados porcentuales que en esa primera etapa, aún contando el premio Cy Young ganado en 2005. Lo más destacado es la forma como ha logrado dominar la zona del plato, colocando sus envíos con exactitud donde mayor daño causan a los adversarios.

Entre 1997 al 2009 Colón completó 2,310 episodios con un BB/9IL de 3.03 y entre 2011 y 2016 ese mismo porcentaje es de 1.46 en 1,096 capítulos, una mejoría de su eficiencia en ese renglón de un 52%. Además, optimizó su PCL de 3.98 a 3.63, manteniendo prácticamente la misma capacidad de ponchar, 18% a 17% de bateadores enfrentados.

LONGEVOS HIST”RICOS En la historia de las ligas mayores han ocurrido innumerables casos de gran calidad en la longevidad. El caso más notorio fue el de Satchel Paige, un lanzador que la estupidez humana no le permitió exhibirse en plenitud de facultades en el gran escenario del béisbol por no ser de raza blanca. Fue un “novato” en 1948 con los Indios de Cleveland a los 42 años y en 1965 con 59 dominó para los Atléticos a los Medias Rojas en tres episodios en blanco, convirtiéndose en el pitcher de más edad en lanzar en grandes ligas. El primer relevista en ingresar al Salón de la Fama, Hoyt Wilhelm, llegó a las mayores con 29 años en 1952, un virtuoso del envío de nudillos, se mantuvo hasta 1972, con 49 años, y en el momento del retiro había establecido la marca de más apariciones en el montículo, 1,070 veces.

No obstante, el hombre con mayor edad que ha aparecido en un juego de béisbol profesional es un popular personaje de la afición local por haber dirigido en los años sesenta y setenta a Escogido y Estrellas. Hubb Kittle, “El Coyote”, con 63 años, lanzó una entrada completa en un juego de clase A en Springfield, Illinois, en 1980.

EN LA ACTUALIDAD En época reciente, también se pueden mencionar en ese sentido a Paul Molitor que en 1996, con cuarenta años, encabezó la Liga Americana en hits conectados, 225 y Mariano Rivera que se retiró a los 43 después de salvar 44 juegos con PCL de 2.11 para los Yanquis en 2013. Altamente portentoso fue el mencionado Randy Johnson, activo hasta los 45 años, logró a los cuarenta elaborar una joya monticular al completar un juego perfecto contra los Bravos ponchando a trece para alcanzar la clasificación élite de cien puntos en la escala que mide el dominio de un lanzador en un partido. A su retiro había participado en 22 campañas de grandes ligas, acumulando marcas que lo llevaron a Cooperstown con un 97% de los votos posibles.

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