editorial

Los militares hacen la diferencia

En el proceso de decadencia de los valores de la sociedad, un sector sigue siendo impermeable a la intrusión de las tendencias desnacionalizadoras: las Fuerzas Armadas.

Sus instituciones son ara y yunque de la Patria, porque su misión esencial es defender su soberanía y seguridad interna, sin menoscabo de prestar auxilios a la población ante cualquier emergencia.

Sus hombres y mujeres se forjan bajo una rigurosa disciplina en la que el amor a los símbolos patrios va parejo con el respeto a los superiores en todos los niveles de mando.

Lo que no es usual en la clase civil, que habita en las antípodas en lo que respecta a la defensa de los valores patrios y morales o a la hora de hacer los mayores sacrificios durante catástrofes naturales y otras calamidades públicas.

Con excepción del funesto papel que jugaron contra la institucionalidad al propinar el golpe de Estado contra Juan Bosch y alinear fuerzas con las tropas extranjeras en la intervención de 1965, los cuerpos armados del país han respetado el libre juego de la democracia.

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Las Fuerzas Armadas han cumplido un rol decisivo en la protección de los recursos naturales, en la reforestación, en jornadas de vacunación y asistencia médica, en operativos de rescate, en limpieza de espacios públicos y en la lucha contra las drogas y la delincuencia.

En los últimos años, las Fuerzas Armadas han actualizado y modernizado sus equipos, sus cuarteles y campamentos, sus hospitales y escuelas tecnológicas y han fortalecido el rigor en la formación educativa de sus miembros, a todos los rangos.

Ahora mismo cuenta con una Universidad Nacional para la Defensa y con tres hospitales universitarios, así como con 2,700 médicos en distintas especialidades.

Dispone de un buen banco de sangre para suplir a sus miembros, sus familiares y la ciudadanía, y en los últimos años ha invertido más de 500 millones de pesos en equipos modernos y “salas inteligentes”, apuntalando su fortaleza en el campo de la salud.

En cuanto a equipos militares, ha renovado y ampliado su flota aérea y de artillería para el Ejército, los avituallamientos y el entrenamiento de tropas, y lucen preparadas para defender, con las armas, la integridad nacional.

Recientemente, el presidente Abinader aumentó el sueldo base a los alistados y oficiales en una escala de hasta un 44 por ciento.

En adición, los ha beneficiado con el disfrute de seguros de salud, subsidios para el transporte en el metro y el teleférico, becas estudiantiles y facilidades para la adquisición de viviendas.

¡Bien merecido!