No es tiempo de desmantelar el estado de emergencia
El peligro todavía late. El virus sigue rodando en nuestro país y no es razonable levantar las anclas del estado de emergencia por el momento, única garantía de ejercer algún tipo de control de la pandemia.
El Presidente de la República ha pedido una cuarta prórroga del estado de excepción, bajo el cual se justifican las restricciones a la movilidad humana en los horarios del toque de queda y en ciertas actividades comerciales.
Dentro de estas regulaciones figura la obligatoriedad del distanciamiento físico en vías públicas y locales cerrados, el uso de mascarillas y guantes y otras modalidades de prevención, las cuales quedarían prácticamente desmanteladas si no rigiese la emergencia.
Sabemos que hay oposición manifiesta de varios partidos a la extensión del estado de emergencia. Queda en manos del Congreso decidir el tiempo que considere apropiado conceder para los próximos días.
Pero sin perder de vista que si levantamos las restricciones el país podría entrar en una espiral de contagio incontrolable que haría colapsar el débil sistema sanitario con el que estamos enfrentando la pandemia.
Si la oposición niega la extensión de la emergencia, tendría que decir cuál es su propuesta para contener la pandemia, porque en las actuales condiciones, cruzarse de brazos no es la más saludable opción.
El peligro de colapso del sistema sanitario es tan probable que hoy las enfermeras de distintos hospitales están hablando de paralizar su trabajo por falta de equipos de protección y por precariedades físicas en los hospitales.
Si con el toque de queda los casos de contagio aumentan casi 2,000 en la última semana… ¿a cuántos llegaríamos a la hora en que los colmadones, las galleras, discotecas, casas de apuestas, restaurantes y cines, reabran totalmente sus puertas?
En este contexto, lo fundamental es proteger y salvar vidas, aunque en ese empeño tengamos que lamentarnos de las conductas impropias de ciudadanos que desafían las instrucciones, indolentes ante el peligro de muerte que representa el coronavirus.