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Las Coreas entierran el hacha, otra vez

La cumbre entre los líderes de las dos Coreas es un preludio de paz en la zona que, pocas semanas atrás, parecía el volcán dormido de la Tercera Guerra Mundial.

El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, dio el histórico paso de cruzar la zona desmilitarizada que la divide de Corea del Sur, y se reunió con el presidente Moon Jae-in, para convenir nuevos acuerdos que fortalezcan la coexistencia pacífica entre las dos naciones.

Pocos meses atrás esto parecía impensable. El más palpitante temor era que allí, donde ellos estaban, estallara la guerra nuclear, luego que Estados Unidos ejerciera una fuerte y arriesgada presión para contener los planes expansivos del armamento nuclear norcoreano, que mostraron sus dramáticos alcances cuando uno de los cohetes intercontinentales cayó en el océano Pacífico, diríase casi a los pies del territorio continental de los Estados Unidos.

En este cuadro de peligrosas y ominosas tensiones, Estados Unidos, China, Rusia, Japón y otras potencias menores se infringieron entre sí los golpes de hachas de sanciones económicas, como si estuvieran preparando los músculos para ir por una nueva recomposición del poder mundial, a cualquier costo.

Este panorama brumoso, con olor a guerra y devastación, dio paso luego a gestos y acciones de distensión. El norcoreano Kim Jong Un fue a China, su principal aliado, seguramente a ponerse de acuerdo en un cambio de estrategia.

Los juegos olímpicos de invierno en Corea del Sur constituyeron otra plataforma decisiva para la distensión, ya que a ellos acudió la hermana del líder norcoreano, y a este episodio siguió la inesperada y secreta reunión entre el exjefe de la CIA norteamericana y hoy secretario de Estado, Mike Pompeo, con Kim Jong Un, abriendo el camino para una cumbre inminente con el presidente norteamericano Donald Trump.

Tras el anuncio de la cumbre, Corea del Norte decidió una moratoria en sus ensayos nucleares.

El fantasma de la guerra nuclear, una conflagración que presagiaba ser la mayor de todas las que ha sufrido la humanidad, parece haber sido espantado con todos estos movimientos de “entente”. Ahora el mundo espera respirar la paz, muy lejos de esta tramoya de instrumentos de muerte y destrucción que nos tenía con los nervios de punta.

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