¡Las mujeres pueden!

En una esfera en la que por décadas predominaron los hombres y, con ellos, toda una cultura que alimentaba el espíritu bravío del macho fuerte, la mujer dominicana ha logrado abrir la puerta de entrada al mundo militar con buenos desempeños.

No solo han alcanzado la cúspide del escalafón militar, sino que han demostrado en los distintos rangos, tareas, misiones y pruebas que poseen cualidades para asumir unas responsabilidades que antes se creían únicas y posibles en los hombres.

Más de 14,000 mujeres forman parte hoy de los distintos cuerpos armados del país.

Una de ellas asumió recientemente el mando de una unidad táctica del Ejército, el Batallón Francisco del Rosario Sánchez, como la primera en ostentarlo, y no porque fuese un complaciente espaldarazo a la lucha por la igualdad de género.

Se ganó el puesto en base a la capacidad de mando y las competencias que se les exigen a todo comandante, no tanto porque fuera mujer. Las demás, cuatro generales, más las coroneles, mayores, capitanes, tenientes y rangos menores, están en las filas haciendo su trabajo, sin distinción.

Esta creciente participación de la mujer en la milicia es el reflejo de otros crecimientos que se visibilizan en el resto de sectores importantes de la sociedad. Las universidades, por ejemplo, tienen más mujeres que hombres en sus aulas, un 62 por ciento, y ahora existe un proyecto de ley que eleva la cuota femenina para puestos electivos en un 40 por ciento.

En sentido general, la mujer ha demostrado que no existen barreras, de ningún tipo, para abrirse paso en esta sociedad, sobre todo en escenarios que antes se consideraban impenetrables o no aptos para ellas, y lo mejor de todo es que lo han hecho apegadas a la honradez, la transparencia y el sentido de responsabilidad, virtudes escasas en la mayoría de sus pares masculinos.

Y que no se enojen los machos.