En cuidados intensivos

Durante más de un año, el LISTÍN DIARIO ha dado cabida en sus páginas a distintas series enfocadas en las debilidades del sistema hospitalario y de salud, en sentido general, siempre con un espíritu constructivo, en la esperanza de que puedan ser resueltas.

En casos puntuales, las autoridades de Salud Pública, del Sistema Nacional de Salud y de las instituciones oficiales encargadas de la protección frente a riesgos de salud y los seguros de los ciudadanos afiliados, tomaron medidas o dispusieron estudiar algunas acciones correctivas.

Esta semana, cuatro eminentes maestros de la medicina, que tienen una amplia trayectoria de servicios y que han manejado, incluso, importantes centros o programas de salud, describieron en el Desayuno del Listín un sistema sanitario en estado anémico, en trance de colapso.

De inmediato, las principales autoridades de salud respondieron a las inquietudes y aseguraron que si bien existen debilidades estructurales, hay indicadores que muestran que el país ha avanzado en algunos aspectos, como la reducción de la mortalidad prematura, materna e infantil; en las causadas por el VIH y por enfermedades diarreicas, por malaria, dengue, cólera y meningitis.

También han señalado las inversiones multimillonarias que el Gobierno está haciendo para remodelar, ampliar o construir nuevos hospitales, modernamente equipados.

Vemos muy bien que los problemas de la salud se aborden desde un plano de debates constructivos, como este, y que los problemas existentes que debilitan el sistema sean enfrentados con medidas concretas y aplicables, no dejando al albur la eficiencia o utilidad de resoluciones que se emiten para resolverlos, ni pretendiendo tapar el Sol con un dedo para ocultar sus grandes carencias.

Nadie quiere que el sistema colapse, pero tampoco que al paciente llamado sistema de salud lo dejen tanto tiempo en cuidados intensivos a la espera de un milagro.