Periodismo primero

Aunque vivimos en un mundo cambiante en las comunicaciones sociales, el periodismo siempre tiene que conservar su esencia y fines fundamentales de cara a la sociedad a la que le sirve.

Podrán cambiar las herramientas que permiten difundir las noticias para que alcancen el mayor universo de público, mas no las reglas de oro que le han dado al periodismo su sitial como “la profesión del conocimiento”.

Para el profesor Wolfgan Donsbach, de la Universidad Técnica de Dresden, Alemania, (Hora de Cierre de la SIP), en esta “profesión del conocimiento” lo importante no es saber utilizar las herramientas digitales, sino que la clave está en los contenidos que somos capaces de desarrollar y trasmitir en cualquiera de las plataformas.

Esta premisa es fundamental para comprender que la cultura del buen periodismo no separa lo esencial de lo casual.

El periodismo, con sus reglas básicas, es el arquetipo de la información veraz, objetiva, real, comprobada.

Las formas de transmitir noticias son diferentes en cualquiera de las plataformas, y aunque existan las herramientas para hacerlo a través de textos o de imágenes (fotos o videos) o de los nuevos envases digitales, el método periodístico profesional nunca cambia.

Primero porque parte de una base ética que a su vez pavimenta la avenida de la responsabilidad social, que tiene sus particulares estándares para asegurar que la información, que construye sobre los hechos reales, llegue al público con la mayor carga de veracidad y exactitud.

Esto es lo que le permite al ciudadano estar cabalmente informado para tomar decisiones y sobre la base de su propio albedrío, fomentar en la sociedad la libre expresión de las ideas y del discernimiento democrático.

Si se contaminan los estándares o métodos del periodismo profesional para trasmitir noticias de los acontecimientos de la vida real, entonces incurrimos en una distorsión fatal de la información.

Las noticias falsas, que han encontrado en las redes sociales canales eficientes para diseminarse, constituyen la cara opuesta y contradictoria del periodismo de calidad y profundidad, que afortunadamente se conserva y practica todavía en los principales medios impresos y en sus ediciones digitales.

En ambos se utilizan herramientas que garantizan el cumplimiento de las metodologías profesionales, aunque en los digitales predominen recursos y aplicaciones innovadoras que permiten difundir las noticias en formatos adecuados a las preferencias de los nuevos usuarios, sean los podcast o los Story-tellings, que apuestan a historias concisas.

Susan Mitchell, del Centro Latinoamericano de Escuelas de Periodismo, precisa que ser periodista es saber contar una historia “pero también es saber hacerlo en distintas plataformas, a diferentes audiencias, en distintos tiempos, contextos y realidades”.