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David Collado y la transparencia municipal

En poco más del año que tiene como alcalde del Distrito Nacional, David Collado se ha proyectado como un administrador transparente de los fondos municipales, dando cuentas a menudo de lo que invierte, cómo lo invierte y cómo ahorra al ejecutar obras en la capital.

La Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) ha considerado que esta muestra de transparencia debe ser emulada por las demás alcaldías del país, caracterizadas por sus consuetudinarias resistencias a informar en qué invierten los multimillonarios recursos que reciben, una falta que la misma Cámara de Cuentas les ha enrostrado en varias ocasiones.

A causa de este manejo nebuloso de los recursos, la mayoría de los ayuntamientos son incapaces de mostrar y justifi car ante sus munícipes el real destino de los fondos que perciben por arbitrios y otras fuentes y por eso es que de tiempo en tiempo se destapan escandalosos casos de corrupción y malgasto del dinero público.

El alcalde Collado y su homólogo de Santiago, Abel Martínez, ambos iniciándose por primera vez en estos cargos, han demostrado que los ayuntamientos no deben ser botines de políticos y claques de oportunistas, sino gobiernos municipales que defi enden y dan uso correcto y positivo a los recursos públicos.

Tiene que ver mucho con este esquema el nivel o competencia de los equipos que asisten al alcalde y los planes de acción que pongan en marcha para favorecer la calidad de vida de los munícipes de la jurisdicción territorial que gobiernan, haciendo las cosas con claridad y no con chanchullos ni concesiones complacientes para alimentar el clientelismo político.

Pero más que nada, lo que resulta determinante para instituir un ejercicio de transparencia fi nanciera es la honestidad y la pulcritud de los que manejan estos fondos públicos, permitiendo que las cuentas estén a la vista de todos los interesados, justifi cando peso a peso las inversiones realizadas.

La Alcaldía del Distrito Nacional puede darse el lujo de exhibir logros con economías signifi cativas de recursos, poniendo en evidencia que si se frenan el dispendio, las sobrevaluaciones o los manejos oscuros de los fondos municipales, no hay razón para vivir en défi cit ni con las manos atadas para dar respuestas a las necesidades de los munícipes.

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