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A contener la tala, a cualquier precio

El país ha hecho una gran inversión, de tiempo, esfuerzos y dinero, para evitar que nuestro territorio se convierta en un páramo, como Haití, a causa de la deforestación y otros actos depredadores de sus recursos naturales.

La más reciente prueba de esta vocación hacia la defensa de nuestros bosques la constituye la creación de seis grandes proyectos agroforestales en distintas provincias montañosas, especialmente del Suroeste, las más expuestas al ataque sistemático por parte de haitianos y dominicanos insensatos.

Como se trata de una lucha crucial por salvar del colapso la fertilidad de las tierras, el equilibrio de la naturaleza, el régimen de lluvias y de escorrentías a través de la preservación de ríos, lagunas y otras fuentes de agua, en otras palabras, como se trata de garantizar la vida de todos los dominicanos, no puede haber tregua contra los que atentan contra estos recursos.

De ahí que constituya una acción oportuna la que ha tomado el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Francisco Domínguez Brito, de apersonarse a los lugares donde se ha producido deforestación o devastación boscosa para ordenar medidas que contengan los daños.

No más enterarse de la denuncia, publicada ayer por el LISTÍN DIARIO, de tala sistemática de pinos en el sector “Cumbre Village”, de Bonao, el ministro salió para la zona a verifi car la magnitud de la tala y a coordinar un operativo de persecución de los autores y de vigilancia continua, para evitar que repitan su accionar delictivo.

Lo mismo debe hacer en las demás zonas fronterizas donde este fenómeno ha sido sistemático, ya que haitianos ilegales cruzan la línea divisoria para talar árboles y hacer carbón para las necesidades energéticas del 75 por ciento de la población del país vecino.

La catástrofe ambiental de Haití repercute en el nuestro, convirtiéndose en una silente amenaza contra la calidad de vida y de subsistencia del pueblo dominicano, por lo que bajo ninguna circunstancia el Gobierno y la sociedad deben permitir que siga tomando tanto cuerpo, como hasta ahora.

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