¿Correcto o falso?

“Falsos positivos” o “falsos negativos”, así son llamados los diagnósticos imprecisos que se hacen a los pacientes en clínicas u hospitales.

No tenemos idea de, en qué magnitud se producen unos y otros en el país, pero son notorios los casos que se conocen de pacientes inducidos a error por un diagnóstico no certero.

O le diagnostican algo que en realidad no tiene, o no le dicen lo que verdaderamente tiene.

Un paciente fue diagnosticado sano, teniendo un cáncer haciéndole metástasis.

Y a otro le aseguraron que ameritaba una urgente operación en uno de los más prestigiosos hospitales de Estados Unidos, pero al llegar allá los especialistas le dijeron: usted no tiene nada.

Este dilema de los “falsos positivos” o “falsos negativos” en la medicina trae generalmente angustia, desconcierto o frustración a un paciente, y esto amerita de una mayor atención del organismo rector de la salud pública y de las organizaciones de médicos especialistas.

Aquí contamos con modernos y efi cientes equipos para el diagnóstico certero, que es la base primordial para que el médico sepa qué tratamiento dispensar al paciente, actuando sobre bases seguras de la realidad que le muestran las imágenes de rayos o resonancias.

¿Dónde pudieran estar los fallos que dan lugar a los positivos o negativos diagnósticos?

Algunos especialistas los atribuyen, entre otros aspectos, a una debilidad en la educación médica, a errores de interpretación de quienes “leen” las imágenes, a los limitados tiempos que algunos médicos dedican para interrogar o auscultar físicamente a los pacientes o al relego de otros procedimientos complementarios.

Cual que sea la razón, no hay derecho a fallar tanto en una cuestión tan delicada de la cual podría depender la salud o la vida misma de un paciente.