Más que amenaza, una oportunidad

Más que una amenaza, la era digital abre un enorme campo de oportunidades para que la prensa tradicional fortalezca su posicionamiento, desarrolle su potencial de creatividad y siga siendo baluarte de la verdad.

El ensamblaje de las plataformas impresa y digital ha permitido que las redacciones de los periódicos se reformateen y agreguen valores al ejercicio del periodismo profesional, al tiempo que amplifican el universo de sus lectores.

Una ventaja que no teníamos antes es la de monitorear día a día las preferencias de lectores, las mejores y más atractivas formas de enganche con los usuarios, una intercomunicación más fluida en tiempo real y una propensión más alta hacia los contenidos de calidad y profundidad.

Trabajando en una redacción multimedia, los periodistas incursionan en este espacio de diversidad aprendiendo y dominando técnicas del lenguaje diferenciado, fotografía, video, nuevos modelos para contar historias y uso preferente de datos para enriquecer los contenidos.

Las nuevas figuras que entran a formar parte de las redacciones integradas, con gran peso específico, son los realizadores audiovisuales, analistas de datos, diseñadores gráficos interactivos, editores de audiencias y programadores, una variopinta composición mutuamente beneficiosa para un impreso y su plataforma digital.

Manejarse en dos escenarios diferenciados ayuda a los periodistas a conocer lo que el lector espera en las redes y en los medios impresos y a preparar sus contenidos en tales formatos, sin perder nunca de vista el horizonte de la verdad.

La presencia de los analistas de datos abre paso al desarrollo de los equipos de investigación, un género que cada día se fortalece como fuente para ir más allá de las noticias del día y brindar perspectivas más completas de ese acontecer.

Mientras las turbinas digitales trabajan sin descanso emitiendo informaciones, los equipos de investigación acumulan, organizan, procesan y atan muchos cabos en una historia que luego ofrecen al lector con profundidad de campo.

El dato cuantitativo se convierte en dato cualitativo en la medida en que los equipos de investigación y los analistas de datos y diseñadores de gráficos interactivos entregan sus cuotas para el trabajo complementario.

Los diarios apuestan a las investigaciones de hechos del pasado que conservan todavía algunos aspectos no descubiertos o tratados superficialmente sin su debido contexto, que pueden arrojar luces para entender lo sucede en el presente.

Y ahora se abre paso también la investigación conjunta de varios diarios, con la asesoría de expertos, para desentrañar los misterios que se guardan en documentos que, a simple vista, no parecían contener tantas cargas de novedades explosivas, como ocurrió con los “Papeles de Panamá”.

Un consorcio internacional de periodistas de investigación, tanto de diarios como independientes, analizó y clasificó 2.6 terabytes de datos de compañías reales y fantasmas, archivados en la oficina de abogados Mossack-Fonseca de Panamá y halló las pruebas de un amplio entramado de corrupción y de lavado de activos que remeció la conciencia mundial.

Lo mismo pasó con los equipos de investigación que formaron diarios de Brasil y otros países latinoamericanos para poner al descubierto los tentáculos de la corrupción de Odebrecht, evidenciando la podredumbre en que se desenvuelven gobiernos y partidos políticos de la región que sucumbieron al encanto de los sobornos para sobrevaluaciones de obras y tramas para retener el poder.

Ambos esfuerzos de investigación le confirieron a la prensa tradicional un grado mayor de confiabilidad y responsabilidad, que es un valor que le añade peso a su credibilidad y reivindica la premisa de que solo el buen periodismo, serio y riguroso, dedicado e insistente, es capaz de darle vuelta a la moneda para mostrar sus dos caras, no importa cómo resulten.