Por una capital más limpia

Entre los tantos “pecados ciudadanos” que malogran todo esfuerzo por imponer el orden de una mejor convivencia social está el de lanzar basuras a las calles, indiscriminadamente.

Es frecuente ver cómo todavía se lanzan todo tipo de desperdicios desde las ventanas de carros públicos o privados, autobuses, camiones o carretilleros, por parte de ciudadanos inconsecuentes.

En esquinas y aceras donde se instalan los venduteros públicos, así como en los entornos de los mercados, la imagen de suciedad es un sello característico.

Otra inconducta frecuente es la de los residentes en distintos sectores que tiran fundas con los desperdicios de sus hogares en plena calle o en cañadas y solares baldíos, sin pensar en las consecuencias para su propia salubridad.

A pesar de que el Ayuntamiento del Distrito Nacional ha establecido un sistema de recogida de basura en la noche, hay ciudadanos que ignoran estos horarios y botan desperdicios hasta cuatro veces por día, sin ajustarse a la normativa.

En estos días de lluvias continuas y parálisis del vertido de desperdicios en Duquesa, en la capital se acumularon de golpe y porrazo miles de toneladas de basura, lo que constituía un serio factor de riesgo para la salud humana.

Gracias a un gigantesco operativo de tres días encabezado por el alcalde David Collado con el apoyo de más de 3,000 personas, incluidos los regidores de todos los partidos y miembros de más de 250 juntas de vecinos, se pudo cambiar el cuadro de crisis de la limpieza capitalina, retirando unas 7,000 toneladas de desechos que fueron vertidos en Duquesa.

Esta experiencia ha servido, al menos, para que el alcalde Collado haya decidido iniciar una campaña de educación ciudadana que disemine mensajes sobre cómo contribuir a la limpieza y la belleza urbana de la capital, dejando atrás conductas o actitudes inapropiadas en este aspecto.