Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

EDITORIAL

Una real encrucijada

En una temporada ciclónica tan activa como la actual, siguen siendo altas, para los meteorólogos, las probabilidades de que más huracanes amenacen o afecten el país, incrementando los daños que ya hemos sufrido con el paso de Irma y María en menos de veinte días.

Los pronósticos son de que en octubre podrían formarse otros fenómenos en el Atlántico, lo que obligaría a la República Dominicana a continuar en alerta permanente y a fortalecer sus medidas de prevención, sin dejar de lado la urgencia de resolver los problemas de inundación, incomunicación, destrucción de viviendas y cultivos y de infraestructuras ya creados por los ciclones precedentes.

Atender las necesidades humanas son tan perentorias como lograr el restablecimiento de la normalidad en la vida de las regiones inundadas por el desbordamiento de unos siete ríos, pero es obvio que el Gobierno no está en condiciones de apostar a la solución inmediata de las infraestructuras dañadas si hay presagios de más ciclones a la vuelta de pocas semanas.

Es una verdadera encrucijada que desafía las capacidades del país para manejar situaciones de daños tan disímiles en diferentes regiones.

Lo aconsejable es que el presidente Danilo Medina declare un estado de desastre o emergencia de las regiones Nordeste y Noroeste, cuyas amplias extensiones de tierras cultivadas se encuentran hoy anegadas al igual que muchos de sus poblados, a fi n de facilitar la tarea de adquisición de equipos o insumos que se necesitan para acelerar las tareas de la reconstrucción.

De hecho ya el Gobierno tiene que afrontar una inesperada carga de obligaciones fi nancieras no presupuestadas para costear las operaciones de rehabilitación de 14 puentes, 58 acueductos, tramos de carreteras destruidos, viviendas maltrechas de gente pobre, alimentos para miles de damnifi - cados, asistencia a los productores que perdieron sus cultivos y probablemente importación de productos básicos.

Y todo el esfuerzo tiene que hacerse a pesar de que aun no ha concluido una temporada ciclónica predeterminada como una de las más activas en la última década, lo que quiere decir que la posibilidad de más tormentas, huracanes o vaguadas no es del todo descartable en el futuro inmediato.

Aquí es que radica el verdadero dilema que tenemos como telón de fondo de ahora en adelante.

Tags relacionados