Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

La esclavitud de las adicciones

Es terrible, inmensamente terrible, ser un cautivo de las adicciones, especialmente las que se originan en el consumo de drogas.

Casi sin excepción, todos los que han caído en esa trampa descubren, en algún momento de sus vidas, el tremendo error en que cayeron.

Reconocen que pierden más de lo que ganan (que es pasajero, si se trata solo de una simple levedad) y luego sufren la angustia de no saber cómo escapar de ese infi erno que les destruye la dignidad, la autoestima y los convierte, progresivamente, en bazofi as humanas.

Los testimonios que ha estado publicando el LISTÍN DIARIO esta semana en sus reportajes sobre las personas que buscan reeducarse para abandonar la adicción a las drogas son, realmente, conmovedores.

Mueven a la compasión y, en el fondo, a la solidaridad con aquellas personas, jóvenes y maduras, que entraron a ese mundo insondable sin imaginar que sus anclas son tan fuertes y que ahora, cara a cara con su propia destrucción física, moral y mental, desean escapar para regenerarse.

Estas historias deberían ser leídas en las escuelas, los centros comunitarios, en las redes sociales y en cualquier ambiente propicio, para que sirvan de advertencia a aquellos que por entrar a una moda, a un juego, porque están deprimidos o frustrados, buscan en las drogas un escape o un paliativo.

Sin saber lo que les espera, como dijo una de las adictas en recuperación: “Un mundo horrible y vacío, que no se lo deseo ni a mi peor enemigo”.

Tags relacionados