El Banco Mundial advierte inflación puede crear estragos a los pobres

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Redacción Economía y NegociosSanto Domingo, RD

La inflación ha regresado y está provocando estragos. El aumento de la actividad económica, las interrupciones en las cadenas de suministro y el alza de los precios de los productos básicos convergieron en 2021 para llevar la inflación mundial al nivel más alto desde 2008.

En un artículo publicado en su blog, el Banco Mundial explica que en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, la inflación fue la más alta desde 2011 y que en la actualidad, en más de la mitad de estas economías, que cuentan con un marco de metas inflacionarias, la inflación supera los objetivos establecidos.

Refiere que la guerra en Ucrania está empeorando rápidamente la situación, los precios de los alimentos y los combustibles se han disparado, ya que Rusia y Ucrania son grandes exportadores de muchos productos básicos, como el gas, el petróleo, el carbón, los fertilizantes, el trigo, el maíz y el aceite de semillas.

Sostiene que para muchos hogares en todo el mundo, el aumento de la inflación supone un desafío importante y expone que el incremento de los precios puede mermar el valor de los salarios y los ahorros reales, aumentando la pobreza de los hogares.

Pero aclara que este impacto no afectarán a todos del mismo modo "los hogares de bajos y medianos ingresos tienden a ser más vulnerables a una inflación elevada que los hogares más ricos y que eso lo refleja la composición de sus ingresos, activos y canastas de consumo.

Apunta que la inflación puede afectar menos a los hogares más pobres que viven por debajo de la línea de pobreza mundial, lo que se debe a que los hogares más pobres tienen ingresos salariales o activos mínimos y suelen depender de ingresos no monetarios, como la agricultura de subsistencia o el trueque, que pueden ser menos vulnerables a la inflación.

Sugerencias Los analistas del Banco Mundial, Indermit Gill, vicepresidente del Grupo de Prácticas Globales de Desarrollo Equitativo, Finanzas e instituciones y Peter Nagle, economista del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo, sostienen que los Gobiernos han recurrido a los subsidios para atenuar el impacto en los hogares y que, en algunos casos, los subsidios pueden ser un instrumento de transición eficaz para aliviar los efectos de las crisis.

Sin embargo, indican que estos tienden a dejarse durante demasiado tiempo, lo que conduce siempre a consecuencias adversas. "Los subsidios pueden menoscabar rápidamente el gasto en infraestructura, salud y educación. Por ejemplo, las subvenciones energéticas tienden a focalizarse en los hogares más ricos que en los más pobres y fomentan el exceso de consumo".

Refieren que es preocupante que muchos Gobiernos consideren la aplicación de restricciones comerciales y prohibiciones a las exportaciones para proteger el suministro de alimentos interno y exponen que deberían desistir.

"Políticas como estas que parecen apropiadas a nivel nacional suelen provocar terribles consecuencias mundiales. Durante la escalada de los precios de los alimentos en 2010-11, las restricciones comerciales amplificaron el alza de los precios mundiales y empujaron a millones de personas a la pobreza, aunque redujeron los aumentos de los precios internos".

Expresan que los responsables de formular políticas deberían, en cambio, utilizar políticas de bienestar social para proteger a los más pobres del alza de los precios. Estas políticas podrían incluir redes de protección social específicas, como transferencias monetarias, alimentos y transferencias en especie (PDF, en inglés); programas de alimentación escolar, y programas de obras públicas.

También proponen mejorar el acceso a productos financieros que podrían proteger el valor real de los activos de las familias pobres frente a la inflación, ya que al estimularse una mayor competencia en el sector financiero podrá ayudar a lograr ese resultado.