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ENFOQUE

Emprendimiento sus pilares

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Guillermo Julián Jiménez | ABOGADO Y MBASanto Domingo

Esta es una puesta en escena que nos resulta familiar: un renombrado gurú, autor de ‘best sellers’ y carismático en su oratoria, explica a los asistentes las buenas razones por las que deben dejar sus empleos y dedicarse a lo que les apasiona.

Presenta recetas sofisticadas que llevaron al éxito a los grandes arquetipos del emprendimiento y gestores de negocios, una lista donde nunca faltan Steve Jobs, Bill Gates, Jeff Bezos y Amancio Ortega. El resumen más probable consiste en que la audacia compensa las carencias académicas, la persistencia tarde o temprano vence el hecho de que no conocemos el mercado y un esfuerzo desenfrenado será más valioso que el empleo adecuado de capital.

La escena en cuestión retrata un mundo perfecto para los emprendedores, donde los clientes potenciales no nos cierran las puertas en la cara y la competencia establecida deja pasar con beneplácito a los recién llegados que solo quieren una tajada del pastel para que no tener que emplearse más.

Un mito que no reconoce las firmas de capital-riesgo que apostaron por un prototipo de empresa ni señala que los proyectos subyacentes a los emprendimientos eran simplemente excepcionales.

Sin desconocer que las librerías y ‘YouTube’ ofrecen excelentes materiales de buenos gurús del emprendimiento, me permito, como cada semana, presentar una solución diferente a una cuestión ya bastante estudiada, pero que todavía no ha sido definida. A esto le llamo mis tres pilares del emprendimiento, las tres ‘C’ del empresario innovador.

Primer pilar: Conocimiento El emprendedor tiene que saber lo que está haciendo en alguno de los más importantes aspectos del negocio. Ese conocimiento puede adquirirlo de varias formas: la formación superior o técnica, el aula, se ha posicionado como el método más popular y acreditado en nuestra cultura, pero no es el único.

Experiencias acumuladas en años de jornadas de trabajo afines son tan valiosas, y en algunos sectores hasta de más relevancia, que lo aprendido en años de estudios universitarios.

Igualmente, buenos libros de personas que han forjado su especialización sobre la base de la invesgitación o vivencias de primer nivel contribuyen a las buenas ideas acerca del negocio o el sector al que nos dedicamos. La lectura tiene al menos dos grandes ventajas: nos permite a acceder en un relativo corto tiempo a conocimientos generados luego de años de esfuerzo, y facilita la actualización a un costo bajo en materia de tiempo y horas.

Lo ideal es que el emprendedor conozca el ‘core business’ de su negocio. Me explico, si se trata de un taller de mecánica, lo más natural es que el dueño o la dueña, o sepa de mecánica o por lo menos ostente un conocimiento general por encima del promedio de los usuarios de vehículos en este asunto.

Sin embargo, otras áreas auxiliares, como la contabilidad, la gestión de los impuestos, el desarrollo de marca, el manejo de las redes sociales y los aspectos legales, por citar algunos, pueden ser asignadas a personas especialistas en esos particulares.

Es inavitable que la operación de un negocio exitoso conlleva conocimiento. Frente a lo que no sabes tienes dos opciones: (1) lo aprendes, (2) contrata a alguien que sepa como hacerlo, que tenga el ‘know-how’. Por eso no es un cliché eso de que la educación nos empodera, tampoco es cuento de camino que la lucha de la próxima década consiste en quién acapara los mejores talentos.

Segundo pilar: Capital Quizás un emprendedor no tenga el conocimiento específico sobre el negocio de su interés, pero en otras actividades o por medio de la herencia obtuvo el capital que necesita para establecer las estructuras que asimilen a los individuos con el ‘know-how’ requerido.

El capital puede ser financiero, es decir, dinero; propiedades, como locales comerciales o terrenos; e implementos, por ejemplo, maquinarias o unidades de transporte. La tenencia de estos elementos también es mérito para iniciar un negocio.

Ahora bien, si no cuentas con capital, en especial el financiero. Hay varias formas, realistas, en las que se puede subsanar esa carencia:

(1) Empezar pequeño y acumular dinero de manera orgánica. Es lo que hacen la gran mayoría de los emprendedores, comenzar “desde abajo” o “en el baúl del carro”. Son las historias de éxito más inspiradoras del universo del emprendimiento.

(2) Acceder al mercado de capitales. El negocio tiene que existir y haber demostrado viabilidad en el tiempo para que un fondo de inversión o un agente de inversión de riesgo confíe en ti. Recuerda que para que alguien te preste dinero, debes demostrar que puedes devolverlo.

(3) La banca de emprendimiento. Los hay, pero debes demostrar que tienes un buen proyecto y algo de garantía. Aquí, se trata del dinero de los ahorrantes, recibir un crédito no puede tomarse a la ligera.

Tercer pilar: Contactos Si tienes buenos contactos, puede ser más sencillo conseguir financiación y contratar buen talento. Igualmente los nexos son relevantes, puesto que son la materia prima de la gestión de ventas, un indicador fundamental de buen desempeño para una empresa.

Por lo tanto, al tener conocimientos y capital, el emprendedor debe trabajar arduamente para construir su base de contactos, un activo intangible que cobra relevancia en la medida en la que la era digital resta importancia a las estrcturas y la información abunda en internet.

Si piensas en iniciar un negocio, debes poseer de manera personal al menos uno de los pilares, con buenas perspectivas de conseguir al menos otro en el corto plazo, y un buen plan para a mediano plazo adquirir el restante.

Puerta por puerta se hace un negocio Me gustaría destacar en esta oportunidad la importancia que tienen las ventas, uno de los frutos de mayor importancia de la base de contactos, para levantar cualquier emprendimiento.

A menudo se tratan temas como la actitud o la motivación, pero escucho poco sobre el hecho de que posicionar una marca depende de ir puerta por puerta, llamada a llamada y correo a correo para conseguir, tú mismo, los clientes. Uno de los espacios más propicios para los emprendedores conseguir contactos es la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), institución dedicada a la convergencia de emprendedores y nuevos empresarios que comparten sus conocimientos, buscan canalizar sus capitales y procuran establecer relaciones duraderas.

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