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ENFOQUE

Competitividad vista por los jóvenes empresarios

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Guillermo Julián Jiménez | ABOGADO Y MBA@guillejj en Instagram y Twitter

República Dominicana es el escenario de las operaciones de algunas empresas y grupos económicos de clase mundial, las cuales aplican las mejores prácticas internacionales en materia de producción, atención al cliente, administración de las finanzas y gestión humana.

Sin embargo, el máximo rendimiento empresarial se obtiene cuando la nación en su conjunto se aboca a la competitividad sistémica, con el objetivo de minimizar los riesgos ante posibles crisis causadas por choques externos, un agotamiento del ciclo económico favorable o el acontecimiento de un fenómeno natural.

Además de la gestión y liderazgo de la propia compañía, al joven empresario con visión también le ocupa el desempeño de la nación donde opera la matriz de su negocio, situación macroeconómica que se refleja en el crecimiento del producto interno bruto, los niveles de las tasas de interés, el endeudamiento público, las reservas internacionales netas y las exportaciones.

De igual manera, es importante el nivel educativo, la facilidad que provee la infraestructura, la disponibilidad de crédito para el emprendimiento o ampliar la capacidad productiva instalada, en adición a la seguridad pública.

El joven empresario moderno mira todo el entorno, el bosque completo, más allá de los confines de la organización a la que pertenece, con el objetivo de establecer las necesidades desarrollistas imperantes para una mayor competitividad sistémica. Así forma su visión sobre un asunto de tal trascendencia.

Recuerda que pese a la independencia operativa del negocio que gestiona o que ayuda a administrar, su suerte se fundamenta en el navegar adecuado de un barco llamado República Dominicana, en el cual tripulan él mismo y su empresa.

El talento de gestión perteneciente a la nueva generación, en su gran mayoría integrado a la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), que manifiesta diversas corrientes de pensamiento en torno a los nuevos rumbos que le corresponde a una nación lista para insertarse, pero yo les propongo aquí algunos puntos generales que a ‘grosso modo’ pudieran condensar el criterio común de quienes formamos parte del gremio.

Nuevas formas de educación Las universidades instaladas mejoran sus niveles de docencia, de tal forma que hay una creciente cantidad de profesionales que optan por continuar sus estudios en maestría en casas de altos estudios locales, con fines de no perder sintonía con el mercado laboral.

En la medida en la que se comuniquen a nivel masivo las alianzas que las instituciones de educación superior tienen con los gremios empresariales, habrá un mayor entendimiento de que los buenos estudiantes pueden aprovechar la docencia impartida en algunas de las mejores universidades del país.

Ahora bien, el grado general de la educación preuniversitaria es prioridad, porque en estos años es que el talento adquiere las herramientas básicas que necesita, de cara a la adquisición de una profesión o un oficio.

No todo es educación formal. Los talleres y charlas facilitan la transmisión puntual de experiencias, y una cantidad significativa de jóvenes empresarios tienen interés en compartir sus conocimientos por esta vía. Hace falta crear las plataformas de lugar.

Infraestructura con fuerza colectiva Los proyectos de alianzas público-privadas son el futuro en lo que tiene que ver con la construcción de carreteras, puertos, aeropuertos, entre otros elementos de infraestructura necesarios para facilitar el quehacer de los negocios.

La inversión del público, con gestión profesional que asume el criterio de eficiencia del sector privado, la infraestructura del futuro impulsará la competitividad en cuanto que cumpla con los siguientes principios:

(1) elegir los proyectos idóneos y más apremiantes; (2) construir las obras público-privadas con alta calidad; (3) constituir las alianzas de tal forma que el inversionista principal obtenga rendimientos importantes, mientras el Estado no adquiere grandes cargas; (4) encontrar formas novedosas y de riesgo controlado con las cuales incluir a los pequeños inversionistas del mercado de valores, con el objetivo de que todas las personas, sin importar sus niveles de riqueza financiera, se sientan parte de esta tarea de desarrollo nacional.

Encadenamiento de la producción Desde el talento que crea las bases de los productos o servicios, hasta la logística que los moviliza a su destino final, pasando por las estructuras empresariales que hacen posible que todo ocurra, las diferentes etapas que marcan la productividad deben ser fortalecidas y actualizadas con las nuevas tendencias administrativas.

Una vez esto ocurra, es necesario ampliar nuestras relaciones comerciales con todo el mundo, siendo creativos y mirando más allá de nuestra región o los mercados que de manera tradicional nos han abierto las puertas.

Claro, esto no solo se consigue con buenos y bien negociados tratados, promoción del país como emisor de buenas exportaciones ni con relaciones diplomáticas bien gestionadas, sino también con una cultura exportadora que fomente la agresividad comercial canalizada hacia el exterior.

Fiscalidad competitiva La idea no es pagar menos impuestos, porque se necesitan instituciones públicas fuertes y capaces para liderar el esfuerzo nacional hacia una mayor competitividad sistémica.

Pero debe ser más sencillo cumplir con las responsabilidades fiscales, sin que sea relevante el tamaño de la empresa o la cantidad de colaboradores que haya empleado.

Hacer más eficaces los canales digitales, iniciativas como una ventanilla única y revisar el cobro de tributos cuyos costos administrativos no compensan el recaudo, sí son ideas a tomar en cuenta en las futuras conversaciones para la firma del Pacto Fiscal.

Emprendimiento para los más aptos Algunos profesionales se forman tanto, de manera tan eficaz y con tanta intensidad, que a veces no caben en una empresa.

No hay tantos puestos de colaborador fijo en ninguna sociedad del mundo para integrar a todos y todas las personas que reúnen perfiles académicos e intelectuales cada vez más elevados.

Para ellos, la solución es el emprendimiento. El ofrecimiento independiente de sus productos o servicios a clientes necesitados de atención altamente especializada.

Para emprender, las políticas en este aspecto deben centrarse sobre tres pilares: conocimiento, capitales o acceso a los mismos, y redes de contactos. Personas con un alto estándar cognitivo pueden recibir ayuda en los otros dos pilares, para que así tengamos más y mejores empresas.

Insisto, el éxito empresarial individual será sostenible en el tiempo con una estrategia-país donde todos los sectores coincidan en la misma página de efectividad, productividad y competitividad sistémica.

LA JUSTICIA ES EL GARANTE DEL ORDEN

En los negocios, el conflicto es inevitable, por lo complicado que puede ser conciliar los distintos intereses de las partes.

Empleador-colaborador, socios en empresas conjuntas, participantes en ‘joint ventures’, clientesproveedores, empresasreguladoras, compañíasrecaudadoras, y la lista puede seguir.

Ante el equilibrio necesario para que esos intereses trabajen en común para el desarrollo de la economía en su conjunto, lo que traerá como resultado la tan anhelada competitividad sistémica, los tribunales de República Dominicana tienen una responsabilidad monumental, de fungir como árbitros de la productividad y los negocios.

En nuestra visión de competitividad, la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) se interesa en un sistema de justicia efectivo, jueces con alta preparación y procesos asequibles.

La resolución alternativa de conflictos, tendencia que tiene en el arbitraje su máxima expresión, se desarrolla a pasos agigantados, para modernizar la manera en la que se dirimen los desacuerdos entre emprendedores y empresarios.

Se ha avanzado. Nuestra visión es mejorar todavía más.

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