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REPORTAJE

Punta Catalina impulsa el desarrollo y el progreso social de Baní

CRECIMIENTO. DINAMIZACIÓN DE LA ECONOMÍA

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Juan José de la Llera | Especial para Listín DiarioBaní, Peravia

Cuando el próximo mes de diciembre la planta de Punta Catalina prenda por primera vez, atrás quedarán cuatro años de intensa actividad logística y de construcción, que ha implicado la contratación de mano de obra intensa y especializada hasta alcanzar en algunos momentos los 9,500 empleos directos.

Antes de su puesta en marcha, el impacto del proyecto sobre el entorno más próximo, la provincia Peravia y especialmente su capital, Baní, es ya evidente.

Miles de banilejos, especialmente los jóvenes, han encontrado una oportunidad laboral en la planta, los comercios y servicios recuperan su esplendor y las empresas suplidoras de la zona gozan de buena salud. Una mejora del bienestar social que todos aspiran a retener.

Un sector directamente implicado en el trasiego diario de trabajadores hacia Punta Catalina es el del transporte. Según Miguel Soto, representante de los propietarios de autobuses, el proyecto implica un aporte destacado para el sector. “Destinamos 273 unidades para trasladar diariamente 8,000 trabajadores a Punta Catalina. Todos los transportistas que trabajamos en la zona damos servicios a la planta. Es de gran ayuda para nosotros”, explica.

A su entender, la construcción de la central termoeléctrica, además de crear puestos de trabajo para los más jóvenes, también ha servido como escuela. “Como choferes y especialistas en otras áreas técnicas, hemos aprendido mucho gracias a Punta Catalina”, destaca el representante de los propietarios de autobuses.

El proyecto de Punta Catalina contó desde sus inicios con el desarrollo de labores de preparación y especialización de recursos humanos, especialmente en áreas técnicas, de las que han sido directamente beneficiados cientos de jóvenes banilejos. Esta formación se efectúa por diversas vías, en especial a través del Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep) y del Instituto Politécnico Loyola. Además, el consorcio Odebrecht-Tecnimont-Estrella cuenta con una escuela de formación técnica que imparte programas de capacitación profesional continua, conocida como “Programa CREER”, que ha beneficiado a cientos de jóvenes que ahora cuentan con habilidades en áreas que les garantizan conocimientos y aptitudes para sus actuales y futuros empleos. Entre las especializaciones ofrecidas figuran las de soldador industrial, mecánico ajustador, mecánico montador, montador de andamios, calderero, plomero industrial, armador de hierro y ayudante.

El sector de restaurantes de Baní goza también de buena salud gracias a los efectos indirectos de la construcción de la planta. Si bien, en la actualidad Punta Catalina dispone de infraestructura propia para dar servicio de comidas a todos sus empleados, inicialmente tuvo que recurrir a restaurantes de la zona para cubrir esa necesidad. Uno de ellos fue el restaurante Las Dunas. Su propietario, Wilfredo Peña, explica que llegó a servir a la planta 60 almuerzos ejecutivos y 400 cenas diarias durante varios meses. Tal fue el auge de la demanda que amplió su plantilla en ocho empleados adicionales para dar un buen servicio.

“El aumento de los negocios en Baní gracias a Punta Catalina es indudable. De la misma forma que nosotros nos hemos beneficiado, otros negocios también han visto crecer su demanda y eso ayudó a diversificar el crecimiento económico del municipio”, resalta Peña. “Cuando se abonan las nóminas, el flujo de personas en comercios y servicios aumenta considerablemente. Hay dinero caminando”, añade.

Actualmente, Las Dunas continúa sirviendo, aunque en menor medida, a ejecutivos de Punta Catalina, especialmente los fines de semana. Peña espera que cuando la planta prenda, los empleados de mantenimiento sigan acudiendo a su negocio. A su entender, “ninguna empresa de nuestro país tiene la capacidad de Punta Catalina para contratar 7,000 trabajadores fijos, de los cuales un porcentaje importante son de Peravia”.

Otro factor indispensable en un proyecto de las dimensiones de Punta Catalina es disponer de alojamientos suficientes para hacer frente a la llegada de los empleados, algunos procedentes de otros municipios del país, incluso del extranjero. El Hotel D¥Pravia abrió sus puertas en 2014, coincidiendo con el inicio de las obras de la central termoeléctrica. Su administrador, Guillermo Feliz, explica que durante estos años, el 30% de las cuarenta habitaciones de que dispone el hotel han estado ocupadas por empleados de Punta Catalina. Feliz espera que a partir de diciembre el flujo de clientes de la planta se mantenga constante, en especial gracias al personal de las empresas de mantenimiento.

En tanto, el alcalde de Baní, Nelson Camilo Landestoy, reconoce el impacto de Punta Catalina para la comunidad banileja, especialmente en algunos distritos. “El proyecto era necesario para el país y su impacto será positivo”, destaca.

Un elemento en común en todos los sectores sociales y económicos del municipio es el deseo de que que la central ayude a reducir los problemas de suministro de energía, con el consiguiente beneficio económico, como una menor pérdida de mercancía y de materia prima para los negocios. En este sentido, el alcalde de Baní se muestra esperanzado por la inversión de mil millones de pesos anunciada por la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (Egehid) para la rehabilitación de redes en Baní y sus distritos.

Proyecto La Central Termoeléctrica Punta Catalina está integrada por dos unidades de generación eléctrica de 376 megavatios brutos cada una, para un total de 752 megavatios brutos , ubicada en el Distrito Municipal de Catalina, Baní, Provincia Peravia. La central generará energía a partir de la quema limpia de carbón mineral pulverizado.

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