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REPORTAJE

Desalojo cambió la vida a las familias de Valle Nuevo

Al menos 24 hombres y dos mujeres, todos líderes de familia, se les entregó a cada uno cuatro tareas para que las cultiven y ya lo están haciendo.

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Ricardo Santana y Adolfo PaniaguaValle Nuevo, Constanza

Campesinos que fueron de-salojados del Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier de Valle Nuevo, Constanza, manifestaron que aunque extrañan su lar nativo no volverán a ese lugar porque han comprendido lo bien que se vive en la civilización.

En las comunidades del Castillo y La Siberia, de Valle Nuevo, vivían en destartaladas casas de madera, la mayoría con piso de tierra, sin energía eléctrica, sin agua y que no podían ver televisión ni beber agua y jugo fríos. Ahora, luego que fueron reubicados en el complejo Villa Poppy, en la comunidad Río Grande, La Sabina, Constanza, sus vidas han cambiado.

No obstante, muchos de ellos tienen la queja de que se acostumbraron a acostarse de lunes a viernes a las 8:00 de la noche y los sábados a las 10:00, pero que en Villa Poppy muchas personas, incluyendo niños, se duermen tarde porque ven televisión y juegan en las calles aprovechando que hay luz y que eso molesta a otras.

Entre el bien y mal Campesinos que vivían y cultivaban vegetales y otros rubros agrícolas en las comunidades de El Castillo y La Siberia en Valle Nuevo, de Constanza, admitieron que viven en mejores condiciones humanas que las que tenían cuando se encontraban en la montaña, pero que hay situaciones que deben mejorar.

Estos agricultores, 52 familias en total, que vivían en el pulmón científico y forestal de Valle Nuevo, fueron desplazados por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y reubicados el 1 de marzo de este año en el proyecto Villa Poppy, de la comunidad Río Grande, del distrito municipal La Sabina.

Al menos 24 hombres y dos mujeres, todos líderes de familia, se les entregó a cada uno cuatro tareas para que las cultiven y ya lo están haciendo.

María Nela Pérez, presidenta de la junta de Vecinos de Villa Poppy, adonde fueron trasladados los habitantes de El Castillo y La Siberia, declaró a LISTÍN DIARIO que en parte se encuentran bien y hasta agradecidos, pero que también encaran otras dificultades.

La dirigente comunitaria reconoció que hay muchas personas que se sienten felices tras su traslado de Valle Nuevo a este nuevo lugar, pero entiende también que se debe tomar en cuenta que hay otras que no recibieron tierra, no tienen trabajo y no tienen dónde trabajar y la están pasando bien mal, porque a la vez sufren hambre.

Pérez refirió que en el lugar donde fueron reubicados cuentan con una planta de tratamiento, de la que no dispone el pueblo de Constanza. Se quejó de que cuando llueve las calles se inundan y el sistema cloacal se dispara y que esa vertiente llega directamente al afluente río Grande.

“Nosotros somos nuevos aquí y no tenemos a más nadie que no sean las autoridades que vengan en nuestro auxilio”, indicó.

En cambio, el dirigente comunitario Luciano Tejada manifestó que igual que muchos de sus vecinos, se sienten bien. “Estamos donde hay luz, ya nuestras casas no tienen piso de tierra y estamos donde podemos estar más despiertos”, proclamó de su lado Tejada.

Las casas que ocupaban en Valle Nuevo los reubicados de El Castillo y La Siberia, incluso la escuela que llegaba hasta sexto curso donde estudiaban los niños, fueron destruidas. Los pequeños fueron reubicados en el centro educativo de Río Grande, a unos dos kilómetros del proyecto Villa Poppy.

Cambio de percepción El productor Ramón Antonio Díaz Sánchez, uno de los beneficiados con la reubicación, proclamó que muchas personas, entre ellas él, enfrentaron al renunciante ministro de Medio Ambiente, Francisco Domínguez Brito, cuando habló de su reubicación, porque no sabían nada de lo que se trataba.

“Vivir en lo claro es lo mejor, no lo sabíamos, tenemos luz, contamos con agua, los pisos ya no son de tierra, estamos viviendo en casas dignas y estamos bien cerca del pueblo, pero en un ambiente de campo”, refirió Díaz Sánchez.

Productores buscan acuerdo con autoridades En Constanza se ha abierto un espacio de diálogo entre los productores que tenían agricultura en el Parque Nacional Valle Nuevo y que fueron impedidos de seguir cultivando en esa área protegida, por su deterioro.

El ayuntamiento de Constanza, representado por el alcalde, Ambiórix Sánchez Caraballo, encabeza las negociaciones, con mediación de la iglesia Católica, representada por el sacerdote Danilo Portalatín, iglesias evangélicas, representadas por el pastor Ángel Moreta; y los organismos estatales Banco Agrícola de la República Dominicana, Instituto Agrario Dominicano (IAD) y el Ministerio de Agricultura, así como las juntas distritales de Tireo y La Sabina.

NEGOCIACIONES El síndico Sánchez Caraballo expresó que se avanza en el proceso, pero que la solución al impase requiere de tiempo.

“Vamos por buen camino. Esperamos en Dios que se saque una solución satisfactoria”.

Tres rondas de negociaciones se han realizado en las cuales representantes del Ministerio de Medio Ambiente han estado presentes.

Entre esos funcionarios de Medio Ambiente, han participado en los encuentros el viceministro Daneris Santana, José Enrique Báez Ureña, director de Áreas Protegidas, y Cornelio Luciano, director de Planificación del organismo estatal.

Mientras los productores tienen a Gabriel Durán, Norberto Rosario y otros, en representación de las comunidades Montellano, El Castillo, La Siberia, El Convento, Pinar Parejo, Pinalito y Río Grande.

Por las juntas distritales de Tireo y La Sabina participan Félix Antonio Jiménez y Almarante Cerrata Veloz.

Los productores y Medio Ambiente acordaron la creación de siete comisiones de trabajo que habrán de rendir informes sobre propuestas o recomendaciones que puedan ayudar a la solución definitiva del conflicto suscitado a raíz de la entrada en vigor de la Resolución 14-2016 que prohíbe todo tipo de labor agrícola y pecuaria, así como asentamientos humanos, en el Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier.

Parceleros. Estos agricultores, 52 familias en total, que vivían en el pulmón científico y forestal de Valle Nuevo, fueron desplazados por el Ministerio de Medio Ambiente.

Proyecto. Los productores fueron reubicados al proyecto habitacional Villa Poppy.

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