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RECUPERACIÓN DE RÍOS

Salvemos el otro Yaque

Diversos estudios han sido realizados por expertos extranjeros. Varios diplomados han sido impartidos a técnicos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) de las provincias Pedernales, Barahona, Bahoruco, Independencia, San Juan y Azua; todo con el fin de tener un diagnóstico acabado de la situación del principal proveedor de agua de la región: el río Yaque del Sur.

Hasta el momento no se ha pasado de la literatura y del diagnóstico.

Han faltado acciones para detener la avanzada erosión del más importante río de la región suroeste del país.

Esa dramática situación preocupa cada vez más a actores locales y regionales por el continuo deterioro, así como la degradación del río, mientras se ve cada vez más cerca la construcción de la presa Monte Grande.

Los estudios, muchos de los cuales aún se encuentran en proceso de organización de los datos sobre la impactante situación del Yaque del Sur, que involucra tanto a áreas públicas como privadas, servirán a una eventual intervención del afluente.

Hace algunas semanas un grupo de jóvenes estudiantes de la Universidad Brigham Young (BYU), localizada en Provo, Utah, Estados Unidos, estuvo realizando un estudio en el río , sumado al diplomado impartido hace un año, dirigido a los técnicos del Indrhi de la zona, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Pero, muy a pesar de los estudios efectuados, no se termina adoptar las medidas para evitar una futura y completa desaparición del río Yaque del Sur, el cual sirve de fuente para el regadío de miles de tareas destinadas a la producción agrícola, el ganado y el consumo doméstico.

Literalmente no existe El río, que hace un recorrido de al menos 200 kilómetros desde su área de influencia, es de gran importancia porque se trata de un afluente que facilita la vida a miles de pobladores de una amplia zona sur, integrada por comunidades y poblados pertenecientes a las provincias San Juan, Azua, Barahona y Bahoruco.

Tiene, incluso, un legado histórico y cultural, que reviste una importancia capital para su conservación “para que sus aguas sigan garantizando el servicio a los asentamientos agrícolas y humanos que están en su área de influencia”, reflexiona el expresidente de la Sociedad Ecológica de Barahona (SOEBA), agrónomo Ángel Peña.

Rafael Matos Féliz, experto y profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), señala que el Yaque del Sur lleva agua hasta la Bahía de Neyba, en el litoral costero marino del municipio Santa Cruz de Barahona luego de un recorrido de al menos 200 kilómetros, requiere ser intervenido de forma inmediata por parte de las autoridades para evitar que siga deteriorándose.

La ingeniera Damaris Gómez Terrero, encargada del Distrito de Riego Yaque del Sur, del Indrhi, dijo que el afluente es del interés de ese organismo.

Señaló que el Yaque del Sur forma parte de un proyecto de la institución denominado “Modelo Institucional para la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos”, cuya finalidad es proteger toda su cuenca y garantizar agua para el consumo y el regadío.

Julio Mateo, presidente de la asociación de agricultores “Amor y Progreso” de las comunidades La Hoya, Pescadería y Hato Viejo, dijo que no se observan acciones tendentes a recuperar el río, por lo que cada vez es más notorio su deterioro, lo que, asegura, es perjudicial para pequeños y medios productores agrícolas.

Peña, expresidente de SOEBA, señaló que la cuenca alta y media de la importante fuente de agua, luce extraordinariamente “muy” deteriorada, lo que atribuye a los altos niveles de antropización (transformación que ejerce el ser humano sobre el medio).

El deterioro que recibe se debe, además, a los constantes fuegos en la zona de influencia del Yaque del Sur, a la producción agrícola, al aprovechamiento de la madera, a la explotación ganadera de manera indiscriminada que, señala el expresidente de la Sociedad Ecológica de Barahona, Ángel Peña, históricamente se da y continúa dándose.

“Nunca ha sido aplicada una zonificación para determinar cuáles actividades pueden llevarse a cabo y en dónde deben ejecutarse y, principalmente, determinar bajo qué modalidad deben llevarse a cabo las mismas”, afirmó.

Matos Féliz, dijo que históricamente el Yaque del Sur, que baja sobre más de mil metros de la Cordillera Central hacia la zona baja, viene con mucha velocidad que lo hace erosionar en la zona Villalpando, El Salado, entre otros puntos.

“Toda esa tierra la trae hacia acá, pero el río está totalmente deforestado en su cuenca alta, por lo que se hace necesario sea reforestada para una protección completa y que en sus márgenes, es decir, en la salida de sus aguas hacia la zona baja, sea protegida con barreras de bambú”.

Hace mucho está en emergencia Precisan que la cuenca baja y media del río Yaque del Sur son las que sufren los eventos negativos de la situación antes descrita, debido a que todo el sedimento arrastrado sepulta casas y predios agrícolas, por lo que resulta una imperiosa necesidad su intervención para su protección.

Esa sedimentación que arrastra el principal afluente de la región sur/ suroeste del país no solo diezma la producción agrícola y ganadera, ubicada en la cuenca baja y media, sino que también provoca la pérdida de vidas humanas.

“Hace muchos años está en emergencia.

Es lamentable que desde las autoridades gubernamentales, no de ahora, sino desde siempre, se hayan olvidado de la zona más pobre del país, que es esta zona desde San Juan hasta Barahona y Neiba”, indicó.

Matos Féliz, exdirector ejecutivo del Plan Estratégico y de Desarrollo de la Provincia Barahona (PlanBa), recordó que se trata de un aspecto importante, ya que el Yaque del Sur constituye un eslabón importante para garantizar la cadena alimenticia y la productividad de la región.

Sus aguas irrigan al menos 700,000 tareas destinadas a la agricultura, impactando a un promedio de 30,000 productores de manera directa.

“No entendemos por qué no se ha hecho un trabajo definitivo para proteger el río, con todos los criterios técnicos para que siga garantizando la producción, pero sobre todo, para que se mantenga la calidad de miles de personas que habitamos en esta región”, expuso.

El ambientalista saludó el proyecto de rescate del río Yaque del Norte, que viene a garantizar la vida de los habitantes de esa zona del país, pero se preguntó qué pasa con el Yaque del Sur, cuyo deterioro es el que más estragos y daños hace a la producción, bienes materiales y vida humana.

Monte Grande El catedrático universitario dijo que debe ser del interés de las autoridades, principalmente del Indrhi, responsable por parte del Gobierno de la construcción de la presa de Monte Grande, ya que asegura que de no proteger e intervenir el Yaque del Sur podría en el futuro ocasionarle inconvenientes al denominado “Metro del Suroeste”.

Significó que dicha presa pretende retener las aguas que vienen a la cuenca baja donde se crea todo el “desastre”, pero en la media y alta debe hacerse la intervención previamente del Yaque del Sur “porque la presa va a llenarse de sedimento permanentemente”.

Sugirió ampliar el estudio realizado para la presa de Monte Grande hacia la cuenca alta, media y baja del Yaque del Sur para que cuando la primera sea construida y puesta en operación no esté bajo el sedimento producto del arrastre que se produce cada temporada ciclónica o temporal de lluvia.

Entonces, ¿qué vamos hacer? La presa de Monte Grande para unos 270 mil millones de metros cúbicos estará sedimentada siempre y permanentemente habrá que hacer limpieza, por lo que sugiere un proyecto de intervención desde ahora que implique la reforestación de la cuenca alta para mantener la producción de agua de calidad, “fundamentalmente evitando la erosión y los desastres con las correntías que se da”.

Nacimiento y recorrido La vertiente del Yaque del Sur nace en la Cordillera Central (una pequeña noria en el lugar de nacimiento), cruza el Valle de El Tetero, río El Medio, río Las Cuevas, en su paso por Padre Las Casas, donde confluye con la presa Sabana Yegua.

Aguas abajo de la presa de Sabana Yegua, el río Yaque del Sur recibe los aportes del río San Juan y demás aguas que se generan en la cuenca baja del “Granero del Sur”.

A la altura de Villalpando existe un dique derivador para alimentar el canal Ysura, en dirección a la zona de Ysura-Azua, unos 12 metros cúbicos/segundo de agua, la cual es utilizada para la producción agropecuaria.

A partir de Dique de Villalpando, las aguas del mencionado río van alimentando los diferentes sistemas de riego como: Las Minas, Quita Coraza, Fondo Negro y Las Lajitas (Vicente Noble). En La Lajita está la obra de toma del Acueducto Regional del Suroeste (ASURO) que, también se alimenta del Yaque del Sur.

Debajo del poblado de Santana, Tamayo, existe el Dique Santana, con un macizo vertedor que permite derivar unos 18 metros cúbicos/ segundo, agua utilizada para abastecer toda la zona agrícola del municipio de Tamayo, incluyendo parte de la Zona Cañera, del lado de la provincia Bahoruco.

A la altura del puente Vicente Noble-Tamayo (aguas arriba), existe una toma directa que abastece de agua para riego a los sectores de Uvillita, Vicente Noble y Canoa.

Aguas abajo del Puente Vicente Noble-Canoa hay una estructura construida por la dictadura: el Dique Trujillo, con capacidad para derivar 64 metros cúbicos/segundo a la Laguna Cabral o Rincón y, desde allí, al lago Enriquillo.

Las aguas del Yaque del Sur continúan su recorrido e irrigan toda el área agrícola y ganadera de las comunidades de Jaquimeyes, Bombita, El Peñón, Fundación, Cabral, Pescadería, El Cachón, Habanero, hasta su desembocadura en el Mar Caribe, en la Bahía de Neiba.

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