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ENFOQUE

La OMC y Estados Unidos

Últimamente los funcionarios del área comercial y de la tesorería de EUA intensifican sus ataques y amenazas sobre la OMC.

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Luis Manuel Piantini MunnighSanto Domingo

Desde su primer día inaugural, una sobresaliente característica del presidente estadounidense en sus decisiones tomadas en el área internacional ha sido la gran coherencia en sus desaciertos. Con el abandono del acuerdo transpacífico (TPP), le entrega en bandeja de plata a China el comercio y refuerza su poder político en el resto del Asia.

Con la amenaza del rompimiento del Nafta, genera inestabilidad económica y un resultado político desfavorable en México y se intensifican conflictos comerciales con Canadá.

La eliminación de dicho acuerdo propiciaría un posible caos en el comercio entre los tres países afectando sus economías, empleos e inversiones con un intercambio de bienes por valor de US$2,600 millones diarios y 14 millones de empleos directos solo en EUA. Decide retirar a EUA del Acuerdo de París sobre Cambio Climático y los efectos adversos de este cambio sobre la intensificación de los huracanes, y de los incendios forestales provocados por prolongadas sequías, le ha representado en gastos federales a dicho presidente cientos de miles de millones de dólares en el presente año. Y eso, que solo estamos en los inicios de dicho cambio. En las Naciones Unidas abandona la UNESCO por su reconocimiento a Palestina, y retira a su país del actual proceso de negociaciones para alcanzar un acuerdo sobre migración y refugiados. Con anterioridad dicho país le había retirado los recursos a la ONUDI, por estar en desacuerdo con la política industrial de subsidios estatales y sustitución de importaciones que promovía dicho organismo en los países en desarrollo.

Y últimamente los funcionarios del area comercial y de la tesorería de EUA intensifican sus ataques y amenazas sobre la Organización Mundial de Comercio (OMC), una organización que es una estampa de las políticas liberales impulsadas a nivel mundial por este país en las últimas siete décadas. Los ataques están dirigidos a denunciar la debilidad de las regulaciones de esta organización para enfrentar los perjuicios de China al libre comercio, y en especial al estadounidense, por los subsidios disfrazados que otorga a sus empresas estatales y por sus violaciones a las reglas de propiedad intelectual. También al considerar dicha organización a China como una economía en desarrollo, favorecida en las negociaciones con un trato especial y diferenciado al igual que todas las demás economías en desarrollo, siendo este país la principal potencia comercial a nivel mundial.

El último conflicto es sobre la decisión de China, de que se haga efectivo el cumplimiento de ser reconocida como una economía de mercado que formará parte de su acuerdo de ingreso a la OMC en el 2001, sometiendo recientemente China a la Unión Europea (UE) al ”rgano de Solución de Diferencias (OSD) por su oposición a este reconocimiento.

A este se oponen también EUA y el resto de los países desarrollados, los cuales utilizan en sus cálculos para los estudios sobre aplicación de medidas “antidumping” a productos de China, los precios de productos similares en otras economías, y no los de China, como demanda esta que sean aplicados de ser reconocida como una economía de mercado.

Para enfrentar a China la UE está tratando de convencer a EUA que abandone su idea de retirarse de la OMC, pues el OSD es el mejor mecanismo que existe para un enfrentamiento multilateral, según una publicación aparecida en el Financial Times del pasado 7 de diciembre a la firma de Shawn Donnan.

Reunión ministerial En su intervención en la plenaria inaugural de la Reunión Ministerial de la OMC, el pasado lunes 11 en Buenos Aires, el señor Robert Lighthizer, director del USTR, hablando en representación de su país, hizo fuertes críticas a la OMC en varios importantes asuntos: 1. que esta se había convertido en una institución litigadora, creadora de nuevas regulaciones en las decisiones tomadas por su OSD en los diferentes casos de conflictos comerciales, que reemplazaban el verdadero sentido de ser una organización de negociaciones, sustituyendo dicho órgano la función prioritaria de sus miembros.

Este argumento no es del todo cierto, ya que los países desarrollados son los que más utilizan el OSD para zanjar sus conflictos comerciales, por lo que esas decisiones han favorecido sus políticas comerciales. Es más, nunca un país de bajos ingresos (PMA), ha utilizado al OSD en sus 22 años de creado. Mientras que en los últimos meses EUA ha ganado diversos casos de conflictos, a la UE, en el caso de la Boeing contra Airbus, a Mexico en el caso de las Atunera, país que ahora está apelando dicha decisión, y recientemente a Indonesia en un caso de antidumping.

El problema es que ellos han perdido casos aplicando medidas de salvaguarda y de antidumping con modos de aplicación y metodologías de cálculos que son violatorias a las regulaciones de la organización, y por eso señalan que se han creado nuevas reglas porque no se aceptan las que ellos quieren imponer. El segundo problema para ellos es el largo período que se toma el OSD en el proceso completo de la solución del conflicto, desde que se inicia entre las partes la negociación, hasta el último tramo que es la decisión final del órgano de apelación, dependiendo de su complicación (en el caso del nuestro en la defensa de nuestro tabaco estamos en el cuarto año). Para solucionar esos dos problemas para ellos, preferirían hacer uso de los tribunales de su país, cuyas decisiones les serían más favorables a sus intereses comerciales, en un menor tiempo.

También con el nafta Hay que recordar también que en el caso del nafta objetan que se mantenga el actual instrumento de solución de diferencias por las pérdidas sufridas.

2. Otro elemento que objetó Lighthizer en su intervención, fue el del tratamiento especial y diferenciado que se le otorga en los resultados de las negociaciones a los países en desarrollo incluyendo a China, Singapur, Corea, India, que son potencias comerciales y que algunas de ellas son economías de elevados ingresos per capita y desarrollo tecnológico.

Aunque hay que admitir que sus argumentos, en algunos de ellos, tenían la razón, no es una posición válida en todos sus elementos, porque los países desarrollados al concluir la Ronda de Uruguay y crearse la OMC en el 1995, lograron que se les aceptaran dentro de las regulaciones de la organización, el mantenimiento de los cuantiosos subsidios que otorgan en beneficio de su producción agrícola, subsidios que deprimen la producción y los precios de los bienes agrícolas de los países en desarrollo, y que afectan negativamente a la seguridad alimentaria y aumentan la pobreza rural.

Ronda de Doha Las negociaciones de la Ronda de Desarrollo de Doha, lanzada en el 2001, tenían como objetivo básico eliminar estas distorsiones en el area agrícola, pero ha sido precisamente EUA el que ha detenido la conclusión de Doha con el fin de mantener a perpetuidad esos subsidios (en la MC11 nada se ha logrado como ya lo habíamos señalado en recientes artículos en este diario).

3. Un último elemento importante de la intervención de Lighthizer fue su queja del no cumplimiento por parte de los miembros, con la obligación de presentar sus notificaciones anuales sobre la aplicación efectiva de las regulaciones, especialmente en el área agrícola (subsidios). Dardos envenenados dirigidos principalmente a China y la India.

Estrategia que emplearía EUA para manejar y buscar resultados en sus desavenencias con la OMC 1. Los EUA descartarían su salida de la OMC por lo costoso y problemático que le resultaría su desprendimiento de esa organización, ya que representando su comercio el 14% del comercio mundial, su rompimiento le obligaría a negociar 163 acuerdos comerciales (o sea, con el resto de los miembros) para mantener sus actuales beneficios que incluirían todas las regulaciones existentes en la OMC, y listas de bienes en acceso a mercado, entre muchos otros tópicos.

2. Para EUA es más cómodo aplicar tácticas de debilitamiento para forzar una negociación colectiva a su favor, como es la actual decision de oponerse a llenar las tres vacantes de siete puestos que existen en el órgano de apelación, tornando más difícil y prolongada la solución de los conflictos, mientras ellos utilizan en territorio de EUA sus propias herramientas jurídicas, sin ser desafiados en la OMC por la carencia efectiva de un órgano de solución de conflictos.

3. Mientras exista este impasse, EUA asumirá una actitud pasiva en los procesos de negociaciones, oponiéndose a la mayoría de los temas de negociación puestos sobre la mesa, bajo el argumento de lo ineficaz de crear nuevas regulaciones, si los miembros no cumplen con la obligación de transparentar las existentes por la falta de sus notificaciones. Prácticamente nada saldrá de los resultados de MC11, ni siquiera acuerdos sobre eliminación de subsidios y pesca ilegal y seguridad alimentaria, los temas que tenían más avance en su proceso de crear consenso para llegar a resultados definitivos en la MC11.

En una situación como la descrita el resto de los miembros de la OMC tendrían tres caminos a seguir Aceptar una negociación favoreciendo la posición actual de los EUA, incluyendo la completa modificación en la configuración de los miembros en las negociaciones, con nuevas clasificaciones y sus modalidades, lo cual es realmente complicado, de forma que la OMC no entre en un período de invernadero colectivo el cual sería el camino.

Y, desafiar el resto de los miembros la posición actual de EUA, negociando acuerdos plurilaterales al margen de la OMC pero con su apoyo técnico, aunque no todos se adherirían pues las posiciones entre los miembros son muy divergentes en cuanto a que se inicien negociaciones en los temas de inversión, comercio electrónico, servicios, pequeñas y medianas empresas y bienes ambientales, entre otros. De todas formas no podría haber acuerdos plurilaterales en el tema de agricultura y especialmente en subsidios o ayuda interna en la producción agrícola sin EUA, siendo esta una de las principales economías beneficiadas.

La resolución del conflicto en la OMC es definitivamente de difícil solución en el corto y tal vez mediano plazo, dado el hecho de que una de las partes, en este caso EUA, ha demostrado en sus decisiones internacionales y multilaterales llevadas a efectos durante este año, que les es indiferente quedarse solo en el mundo, con tal de hacer cumplir las posiciones preelectorales asumidas por el presidente estadounidense, aunque estas sean beligerantes y desfavorables a los intereses de su país.

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