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CULTIVO

El banano dominicano necesita incrementar su competitividad

GRANDES PRODUCTORES DE CENTROAMÉRICA PODRÍAN DESPLAZAR LA PRODUCCIÓN LOCAL

Los dominicanos le llaman guineo, pero en Europa, Estados Unidos, América Latina y otros puntos del planeta se le conoce como banano o banana, una fruta dulce, amarilla y generadora de divisas. En la actualidad 180,000 tareas en el país están dedicadas a este cultivo que, según los datos del Clúster Dominicano del Banano, mantiene 15,000 empleos directos y no menos de 25,000 indirectos. La activdiad genera cerca de US$180 millones al año. El 95% de la producción se exporta en cajas a los mercados europeos, mientras el resto se encarama en camiones al mercado local. En la distribución de siembra la provincia Valverde aparece con el 60% de las tierras dedicadas a la fruta, Monte Cristi tiene el 33% y entre Azua y Santiago se ubica el 7% restante. “El banano contribuye a reducir la pobreza en la línea Noroeste, porque mueve dinero todas las semanas”, asegura Martín Peña, director ejecutivo del Clúster. A su derecha, en una de las fincas bananeras de la empresa Savid Dominicana, se mueve una veintena de mujeres y hombres encargados de seleccionar, lavar y empacar los guineos cosechados cada semana en 135 tareas. Fuera de la caseta de empaque, bajo las anchas hojas de las plantas de banano, observan sentados otros tantos haitianos, a quienes corresponde la misión de cuidar y transportar los racimos. Peña dice que los haitianos forman el 80% de los trabajadores de las plantaciones, donde, según los reportes del Clúster, el salario promedio supera al promedio del sector agropecuario. ProductividadA pesar de la dinámica laboral y económica que muestran, las fincas nacionales todavía no alcanzan los niveles de beneficio de sus principales competidoras (Ecuador, Costa Rica y Colombia), en las que se cultivan cerca 3.5 kilogramos de fruta por cada tarea. La productividad local apenas es de 2.0 kilogramos por tarea. “El sector tiene el reto de aumentar su competitividad, porque los países que compiten con nosotros tienen menor costo de producción y mejor tecnología”, dice Peña, y agrega que en los próximos meses los productores de Centroamérica se beneficiarán de un desmonte arancelario (hasta los 75 euros en diez años) de la Unión Europea, lo que dejará a los dominicanos en situación desigual si no se toman medidas adecuadas. Por lo pronto, los 1,300 productores de República Dominicana tienen que buscar la manera de mejorar los procesos de fertilización, el sistema de riego y los mecanismos de traslado y manejo de la fruta. ApoyoEl Ministerio de Agricultura resalta constantemente los aportes que el banano hace a la economía. Según sus reportes, este cultivo actualmente ocupa el primer lugar de la lista de exportaciones agrícolas no tradicionales, y mueve un aparato económico indispensable para la subsistencia de miles de familias de Valverde, Monte Cristi, Azua y Santiago. El trabajo de los bananeros, en opinión del Ministerio, es encomiable. Pero los productores no están muy contentos con el Gobierno. La Asociación Dominicana de Productores de Banano (Adobanano) y el Clúster del Banano coinciden cuando dicen que el sector no recibe apoyo suficiente de parte de las autoridades. Los dueños de fincas denuncian periódicamente problemas de falta de financiamiento y de asesoría técnica. En todas las zonas productoras, dice Peña, se requieren extensionistas que ayuden a mejorar el rendimiento y a promover las prácticas agrícolas saludables. “El sector privado, en altísimo porcentaje, ha sido el que ha impulsado y posicionado al banano dominicano”, afirma Peña, representante oficial de los productores. En este contexto, el presidente del Clúster del Banano, Elso Jáquez, entiende que el sector puede aumentar su competitividad si consigue acceder lo más pronto posible a los 190 millones de euros que la comunidad europea mantiene como Fondos de Acompañamiento de la producción bananera de los Países África, Caribe y Pacífico (ACP). La ayuda destinada a la capacitación tecnológica de las plantaciones sólo puede ser requerida a través del Estado, después de presentarse un proyecto de implementación. Jáquez asegura que el Clúster ha preparado un buen proyecto, y está a la espera del apoyo total del Gobierno para su pleno desarrollo y mayor nivel de competitividad. NECESITAN MÁS DINEROOTRAS MEDIDAS Andy De León tiene 25 años, y es el encargado de una finca de bananos de Mao, municipio cabecera de la provincia Valverde. El estudiante de Contabilidad es uno de los tantos jóvenes del noroeste que encuentran en los campos de guineo una fuente de empleo. “Aquí en Mao el banano es muy importante. De eso es que mucha gente vive. Algunos, como yo, se preparan para seguir en el negocio”, afirma el joven trabajador mientras observa la calidad de las frutas empacadas. Las más pequeñas y las maltratadas son separadas de la pileta de limpieza, y pasan al lote destinado al consumo local. Antes de llegar a los consumidores finales, se pueden ver en los camiones repletos que se mueven dentro de la provincia o en los puestos de venta fijados a la orilla de la carretera principal. Fátima Reynoso recientemente cumplió siete años como trabajadora del sector bananero. Dice que, como otras mujeres de la zona, encuentra mayores beneficios en esta faena que en el tradicional servicio doméstico. El trabajo le permite compartir con su esposo el mantenimiento del hogar, que incluye a tres hijos menores de edad.“Somos muchas las mujeres que nos defendemos con esto”, asegura Reynoso, guineo en mano. La historia agrícola dominicana indica que el banano fue introducido a la isla de Santo Domingo en 1516, por Fray Tomás Berlanga, procedente de las Islas Canarias. En 1906 la United Fruit Company da inicio a la exportación de los cultivos de Sosúa y Puerto Plata. Una ola de frío y enfermedades saca del país a esta empresa. En 1930 los productores de café comenzaron a exportar los bananos que daban sombra a sus cafetales.La exportación a gran escala, refieren los archivos del Cluster del Banano, comienza en 1943, durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Para ese año el Estado suscribe un acuerdo con la Grenada Company, con el fin de sacar por el puerto de Manzanillo los bananos producidos en la Línea. La Dominican Fruit y la Steamship Company se instalaron en Azua en 1951, y se dedicaron a la exportación hasta 1966.Tres años después, el Banco Agrícola asume los terrenos de la Grenada Company, y en 1972 el Estado los utiliza para dar vida al proyecto de La Cruz de Manzanillo.Entre 1988 y 1992 el sector se concentra en las relaciones comerciales de la empresa Fyffes.

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