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Música en silencio

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Angel Alonso DolzAsturias, España

"It's wonderful to be here It's certainly a thrill You're such a lovely audience We'd like to take you home with us We'd love to take you home"

Es probable que a día de hoy, en algunos lugares de Cuba, perduren fans de Los Beatles que conmemoran el quincuagésimo aniversario del disco Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, lanzado en 1967 tanto en Reino Unido como en los Estados Unidos de América por los célebres “chicos de Liverpool”.

Aún cuando no fue el primer intento por alcanzar la cima de la popularidad, es una de las producciones musicales del grupo de rock británico que más se ha vendido, hasta llegar en el año 2003 al primer lugar en la lista de los "500 Grandes Álbumes de Todos los Tiempos" de la revista Rolling Stone.

Sin embargo, a pesar de la presencia de Los Beatles en el panorama internacional desde 1962 -comienzos de la denominada "Beatlemanía"- los cubanos fueron obligados a ignorar el novedoso fenómeno y a permanecer ajenos a los aportes que en términos de innovación interpretativa fluyeron del virulento cuarteto.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, el nuevo gobierno en la isla inició un control exhaustivo de la sociedad; llegó a ser férreo en particular durante la década de los años sesenta (apogeo de Los Beatles), un fatídico período de censura que ha trascendido con el nombre de "Quinquenio Gris", que años más tarde ha sido reconocido por el propio Gobierno como un gran error. Dentro de pretendidos presupuestos de pureza ideológica y considerada toda manifestación de rock como de tendencia "imperialista", la represión impuesta a creadores y público llegó a prohibir la difusión de música en lengua inglesa; hasta el uso de melenas en los jóvenes estuvo bajo restricción, andar peludo era condenarse al ostracismo.

Transcurrieron lustros hasta que los primeros turistas pusieron pie en tierra cubana; los únicos foráneos que los cubanos de los 60 y 70 conocieron eran profesionales, técnicos, asesores y militares de la URSS y otros países del llamado "Campo Socialista", con lo cual las nuevas generaciones de la sociedad enraizaron un concepto maniqueo del mundo exterior donde siempre estaba omnipresente un enemigo poderoso: el imperialismo yanqui.

En ese contexto cerrado de baluarte bajo asedio aparecieron grietas en las estructuras; marinos mercantes, personal de vuelo de Cubana de Aviación y diplomáticos cubanos, todos en apariencia pulcros en términos de ideología, comprendieron que el mundo no era del color que se les había pintado. En sus equipajes de regreso a la isla entraban libros y discos, y por supuesto fue así que comenzó la penetración de Los Beatles en Cuba.

La Beatlemanía comenzó a diseminarse como la pólvora, con precauciones, para que a nadie se le ocurriera encender una mecha. Unos pocos privilegiados escucharon por primera vez Love Me Do, A Hard Day´s Night y toda la discografía que fue posible; sin facilidades para grabar, la difusión fue a través del préstamo o la venta de discos, algo muy normal en cualquier país del mundo, pero que en la isla exigía misterio y un secretismo extremo.

Escuchar a Los Beatles requería un blindaje, protección contra los oídos de algún vecino que pudiera emitir una acusación de diversionismo ideológico; disfrutar o compartir All You Need Is Love, no se diferenciaba demasiado de delitos como el contrabando y el tráfico de drogas.

Sin embargo, como reza en su título un libro del escritor cubano Carballido Rey, "El tiempo es un centinela insobornable" y con el transcurso de los años mucho cambió para Cuba y, por supuesto, para los cubanos.

Turismo internacional hacia la isla, viajes de cubanos al exterior, ciertas aperturas y libertades, han sido factores que hicieron caer mitos, muros y barreras porque está demostrado lo irracional e imposible de controlar todo y a todos.

Hoy los transeúntes pasean por la barriada de El Vedado y pueden tomar asiento junto a John Lennon, imperecedero en bronce, en el parque que lleva su nombre en las calles 17 y 8; algo que sorprende a quienes han vivido la historia dentro de ese pedazo de tierra en el Caribe, pero nada anecdótico para los que desconocen aquel lamentable pasado.

Es paradójico pero en la inauguración de la estatua del líder de Los Beatles, en la conmemoración del 20º aniversario del asesinato de Lennon, el Presidente Fidel Castro comentó que le hubiera complacido conocer al brillante músico. Las cosas de la vida son así.

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