Yojimbo, el mercenario
El personaje de “Yojimbo” (Toshiro Mifune) avanza por un camino mientras la cámara de Kurosawa, sobre su cabeza, lo acompaña. El ronin solitario lleva los brazos cruzados dentro del kimono, por lo que las mangas de la típica vestimenta penden vacías. En un instante, el caminante se detiene, saca una mano oculta y con ella se frota la cabeza. En ese momento, la banda sonora deja escuchar un ritmo peculiar, propio de las películas de acción. El camino lleva al protagonista a un lugar donde el sendero se bifurca, y este con un recurso propio de quienes nada tienen que perder, escoge uno de ellos. Era tan sólo el primer viaje del samurai errante, pues mayores desafíos le aguardarían, a partir de esa decisión…
El comentario del inicio de este filme es por denotar la maestría de Kurosawa al trazar el perfil de su personaje desde antes de que los créditos iniciales se apropien de la pantalla.
Se ha dicho que es un film muy influenciado por los westerns de los años 40 y 50 y bien pueda ser, pero el sello personal de Kurosawa flota a lo largo del metraje, dotando a la cinta de personalidad propia, por el realismo de las secuencias de acción, los sugeridos apuntes sobre la futilidad de la naturaleza humana, la contraposición del honor y la villanía, el retrato decadente del Japón de mediados del siglo XIX y el reflejo, en definitiva, del fin de una era feudal dominada por códigos ya obsoletos frente a una incipiente y convulsa modernidad. Esto hace entender el amor de Sergio Leone por esta historia. El italiano no se detuvo hasta reconvertirla, según sus propios parámetros, en la primera entrega de su “trilogía del dólar”. Lo que queda detrás de su visionado es la sensación de haber presenciado un relato muy bien construido y mejor filmado, tal vez no perfecto, pero sí apasionado.
Es, como ya se ha dicho, la película que dio pie no sólo a “Por un puñado de dólares” sino también a una serie de westerns y filmes de acción que retoman muchas ideas de “Yojimbo”. Dicho todo esto, esta cinta no es una obra comparada con otras del propio Kurosawa como “Trono de sangre” o “Ikiru” o “Rashomon”.
“Yojimbo” es una cinta reflexiva, aunque su fachada prevee un simple enfrentamiento entre “buenos” y “peores”. Kurosawa trata sus historias con pausas reflexivas y contenidos filosóficos sobre la existencia, lo que las hace tan particulares. Incluso el director japonés se permite, como en esta, introducir escenas de comicidad, lo cual no resta que el conjunto del film sea de una gran hondura, en el caso de Yojimbo, de cómo un ser humano trata de sobrevivir haciendo uso de su imaginación y del oficio que mejor desempeña.
Ficha Técnica
País: Japón. Año: 1961. Duración: 97 minutos. Direción y guionr: Akira Kurosawa. Reparto: Toshiro MIfune, Tatsuya Nakadai, Yoko Tsukasa, Isuzu Yamada y Daisuke Kato. Sinopsis: Un samurái llega a un poblado, donde dos bandas de mercenarios luchan entre sí por el control del territorio. Muy pronto el recién llegado da muestras de ser un guerrero invencible, por lo que los jefes de las dos bandas intentan contratar sus servicios.