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Opinión

Moonlight

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Daniela ContrerasSanto Domingo

El género dramático, aborda también temas de identidad, pero rara vez ha sido explorado con el grado de elocuencia y belleza desgarradora como en ‘Moonlight’. Este filme se ha convertido en uno de los más trascendentes en la cultura norteamericana del pasado año 2016. “Moonlight” es a la vez lírica y profunda en la caracterización de personajes. Esto permite un acto de equilibrio que es impresionante para la vista. Es una de esas piezas raras de cine que se queda completamente enfocada en sus personajes mientras trata de temas universales como la identidad, la sexualidad, la familia y, sobre todo, la masculinidad. Es una película en la que, temas complejos y profundos se reflejan a través de los personajes. Cada actuación, cada decisión cinematográfica, cada pieza de música, se realizan sin imperfecciones.

El protagonista de “Moonlight” caracteriza la masculinidad en conflicto, en contraste a la masculinidad genérica de jóvenes afroamericanos en los Estados Unidos, hecho que se evidencia también en la forma en que el filme está organizado cronológicamente.

La pieza se divide en tres capítulos- “Little”, “Chiron” y “Negro” -los tres nombres utilizados para referirse a la misma persona que seguimos desde la infancia hasta la adolescencia, y después a la edad adulta-. Es un niño y luego un hombre con problemas para encontrar su lugar en el mundo, que también está articulado por los personajes interpretados por tres actores, todos notables y convincentes. Las caracterizaciones de Alex Hibbert, Ashton Sanders, y André Holland, reflejan el crecimiento de un individuo tanto en lo emocional, como en lo físico, y también su evolución en la sexualidad.

Además de los personajes, el diálogo desarrolla los temas de identidad, masculinidad y la sexualidad. El guión está compuesto de frases y palabras coloquiales que crean un ambiente naturalista y real en la cultura negroide de los Estados Unidos.

Más que las palabras dialogadas, es el trasfondo de estas palabras lo que realmente resuena, es el aspecto de una figura paterna moralmente en conflicto cuando un niño le pregunta por qué otros niños lo censuran con una palabra disonante, es la mirada nerviosa entre dos hombres jóvenes que saben que algo es un poco diferente acerca de su relación, pero la sociedad no les ha dado palabras para expresarlo. En las escenas finales de la película, en la que Jenkins confía en sus actores, permite que las emociones de lo que se está por decir que proporcionan el empuje hacia la gran dramatización de “Moonlight”, y es donde tiene su mayor impacto. Jenkins deja a entender que es la conexión humana la que nos forma, nos cambia y nos hace lo que somos.

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