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GRANDES CLÁSICOS DEL CINE

Fresas salvajes

Este filme ha sido aclamada por la crítica de todos los tiempos y se alzó con importantes galardones como el Oso de Oro a la mejor película en el Festival de cine de Berlín.

Romance. Bidi Andersson y Gunnar Björnstrand en una escena de "Fresas Salvajes", una de las obras maestras del cine y de la filmografía del director y guionista sueco Ingmar Bergman.

Romance. Bidi Andersson y Gunnar Björnstrand en una escena de "Fresas Salvajes", una de las obras maestras del cine y de la filmografía del director y guionista sueco Ingmar Bergman.

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Rienzi Pared PérezSanto Domingo

Victor Sjostrom fue un director y guionista sueco que comenzó a realizar sus películas desde el año 1912 y, dentro de toda su filmografía, cuenta con una obra maestra del cine mudo titulada “El Viento” (1928). Sin embargo, su última aparición fue como actor, en una de las películas más emblemáticas del cine. Este film, denominado “Fresas Salvajes” (Smultronstallet, 1957), es dirigido por uno de los realizadores más influyentes y estudiados, su compatriota Ingmar Bergman.

La historia se centra en el doctor Isak Borg (Víctor Sjostrom), una persona de edad madura (78 años) que debe acudir a la Universidad de Lund para recibir un doctorado honoris causa, por el trabajo de toda su vida. La noche anterior, el Dr. Borg tiene una pesadilla, en la cual se encuentra con una persona con la cara deformada, y pasa frente a él un coche fúnebre que lleva un cuerpo que es del mismo Dr. Borg, lo que le provoca un sentimiento de angustia cuando se despierta de manera abrupta de dicha pesadilla. Es como si fuera una premonición de su muerte, y él tendrá que prepararse para su final.

En el trayecto para recibir el premio, le acompaña la esposa de su hijo Marianne (Ingrid Tullin) quien se encuentra en una fase de crisis matrimonial, y no descansará de señalarle los errores de su vida. Nuestro protagonista realiza una parada en lo que fue el hogar donde vivió en su infancia; por donde le pasarán todos sus recuerdos, donde crecía y recolectaba fresas salvajes. Evocará en toda su memoria esos recuerdos donde aparecen como si fuera el presente. Su primer amor, sus padres en la casa familiar, es decir, es como mostrar una película de lo que en su vida tuvo, y le llega a él como paso de tránsito hacia otro lugar desconocido.

En la página web “El espectador imaginario” de Ángel Estevez Ferrer se dice lo siguiente: “a través de la fotografía de Gunnar Fisher, el espectador sigue al personaje interpretado por Victor Sjˆstrom en un viaje exterior; pero sobre todo interior, en el que se dan cita multitud de temas y experiencias que Bergman trata con sutil delicadeza y elegancia, tales como: el aislamiento de la vejez, la reflexión sobre los errores del pasado, el egoísmo de la indiferencia hacia los problemas de los demás, incluida la propia familia, la frialdad en las relaciones, el distanciamiento provocado y el arrepentimiento, la redención, la pérdida de los recuerdos borrados por una memoria selectiva, la decadencia al fin y al cabo, de un hombre frío que cerca del momento de mayor frialdad de su vida, su muerte, revive instantes de suma calidez, como su infancia o su primer amor, un primer amor que, con la tragedia como toque distintivo del director sueco, queda manchado por el sabor amargo de la no correspondencia. Bergman sabe y demuestra que por cada cucharada de miel viene otra de hiel”.

Es un viaje en reconocimiento de la muerte. Ingmar Bergman es un director complejo y siempre trata temas difíciles; pero los maneja con una maestría que solamente un cineasta de categoría es capaz de realizar. Lo que trata de explicarnos no es el destino final lo que importa, sino el trayecto que hacemos, donde se componen de experiencias, recuerdos vividos, con el tipo de personas que interactuamos en nuestra vida, el perdón, la felicidad, es decir, dejar huellas para que las generaciones sigan su recorrido a través de la destreza y la madurez.

El guion es estupendo del mismo Bergman, donde nos da una estocada en el corazón para hacernos entender que la vida hay que vivirla en todo su recorrido; porque la vejez llegará y luego no podremos volvernos atrás por lo que dejamos. Es una experiencia de vida.

“Fresas Salvajes” es una película sobre la vejez y el sentido de la vida, donde nos llegan profundamente temas como la reflexión de la existencia de nosotros, de Dios, de lo inevitable de la muerte. Por lo tanto, nos lleva a preguntarnos lo siguiente:

¿Quién Soy?, ¿a qué he venido a este mundo?, ¿cómo podré llegar a la felicidad plena si ya estoy viejo?, ¿por qué no lo entendí más temprano y no ahora que me encuentro en el ocaso de mi vida? “Fresas Salvajes” es una lección de vida.

(+) ALGUNAS CURIOSIDADES DE LA PELÍCULA:

1) Ingmar Bergman escribió el guion en el Hospital universitario Karolinska de Estocolmo en la primavera de 1957 durante dos meses que duró su ingreso en una clínica de reposo, en contacto con psiquiatras.

2) La elección inmediata del director para el personaje principal fue Victor Sjöström, uno de sus ídolos del cine mudo y a quien ya había dirigido en ‘Hacia la felicidad’, ocho años antes. Fue la última aparición de Sjostrom en el cine.

3) En una entrevista en el año 1963, el cineasta Stanley Kubrick mencionó que “Fresas Salvajes” era su segunda película favorita.

4) En 1995, con motivo del centenario de la invención del cine, el Vaticano estableció una lista con las mejores cuarenta y cinco películas. “Fresas Salvajes” fue una de las incluidas por «el viaje interior de un hombre por el dolor del pesar y la ansiedad, a un refrescante sentido de la paz y la reconciliación.

5) Mereció, además un premio ‘Pasinetti’ en el Festival de Cine de Venecia. En el ‘Globo de Oro’ obtuvo el galardón a la ‘Mejor Película en lengua no inglesa’; además de una ‘Nominación al Óscar en la categoría de Mejor guion Original’.

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