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Breves notas sobre el más reciente cine coreano

El cine coreano vive un proceso de constante evolución. A partir de su despunte definitivo en 1966, comienza a surgir una camada de nuevos realizadores, poseedores de un discurso cinematográfico distinto y una visión totalizante del cine universal (Hong Sang-soo, Kim Kiduk, Kang Je-kyu, Kim Seong-su, Lee Chang-dong, Jang Yunhyeon y Park Chan-wook).

Son directores pluritemáticos, cada uno poseedor de su propia voz.

Por ejemplo, Lee Chang-dong posee una línea que conjuga el realismo con el detalle preciosista, mientras que Im Sang-soo (The House Maid, 2010) ha producido algunas obras memorables que manifiestan su interpretación personal de la evolución social de su país. Aquellos nuevos realizadores eran en su inmensa mayoría cinéfilos, es decir, hombres de cultura, con conocimiento del lenguaje del séptimo arte, a pesar de la presencia autodidacta en algunos (Kim Ki-duk, por ejemplo).

Una nueva generación de realizadores surgida en el nuevo milenio, trata de abrirse paso en el ya competitivo mundo del cine coreano de hoy. A esta generación se le dificulta alcanzar financiamiento en las casas productoras para sacar adelante sus cintas independientes. Por eso, han acudido a métodos mucho más prácticos para darse a conocer. Por tales causas, ha sido llamada “la generación digital”. Está integrada por directores muy jóvenes que se apoyan en la herramienta digital para producir sus propias obras. Sus películas no son meros escarceos. Son cintas que tocan temas cercanos a esa juventud que enfrentan el mercantilismo gratuito con productos de indudables valores culturales. Rho Dong-suk, autor de My Generation, y Yun Jong-bin, director de Unforgiven, son algunos de los nombres más representativos. Nombres que ya dan de qué hablar y cuyas obras ya compiten con las programadas en las salas comerciales. Sus filmes se exhiben solamente por la red y son vistos por miles de espectadores más. Sus primeras cintas fueron seleccionadas en la lista de las mejores películas del año por las revistas cinematográficas coreanas.

El programador del Festival Internacional de Pusan, Heo Moon-young, ha escrito sobre ellos: “Estos directores han hecho películas de gran calidad que describen la imagen de la juventud coreana contemporánea utilizando medios digitales con un presupuesto muy reducido. (...) La mayoría de ellos, también de origen cinéfilo, se diferencia de la generación previa en que ponen más énfasis en la voz interior del individuo y la vida cotidiana de la gente contemporánea, dejando atrás el juego estético. El cine coreano está mirando con mucho interés a estos jóvenes que tal vez puedan producir una segunda revolución dentro de la generación cinéfila.”

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