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COLECCIONISMO

Sacapuntas cargados de historias

Hay colecciones que con el tiempo adquieren más valor. Existen piezas que trasladan hasta una época determinada, y reviven emocionantes recuerdos. La colección de sacapuntas de María Mencía Renville, alcanza estas expectativas

Todo comenzó el 25 de marzo del 1959 en San Cristóbal, cuando la profesora Mencía recibió de manos de Dominicana Renville, su hermana menor, el primer sacapuntas con forma de brújula y de color amarillo.

Este útil escolar costo unos $30 centavos; a partir de ese día la coleccionista despertó en la maestra.

María Mencía Renville, maestra fundadora del Instituto Politécnico Loyola, comenzó esta particular colección en honor a su vocación de maestra. En el 2010 expresó: “Colecciono sacapuntas como un homenaje a la educación, a los muchachos y muchachas que eduqué en San Cristóbal.” Una vitrina con varios compartimientos fue la pionera en engalanar la sala de las hermanas Renville.

Este mueble albergaba un sin número de sacapuntas que iba adquiriendo Mencía. Una vitrina no fue suficiente. Para 2013 ya eran diez escaparates, con alrededor de 2,000 sacapuntas.

Deceso y traslado Para abril del 2013 Mencía alcanzaba ya sus 96 años. El viernes 1 2sus familiares tuvieron que verla morir. Fue un día triste para los amigos, seres queridos y estudiantes que compartieron con ella.

Sherezade, Iliana Emilia, Berenice, Karina y Desiree, sus queridas sobrinas, tomaron la iniciativa de mantener viva la pasión de coleccionista de su tía. Es así como deciden donar las vitrinas con todas las piezas de sacapuntas al instituto donde Mencía impartió clases durante 30 años.

Smelin Reyes, directora de la Unidad de Comunicación del Instituto Politécnico Loyola, explica que las sobrinas se pusieron de acuerdo en todo y, luego, se emprendió la mudanza. “Ellas vinieron y organizaron todo. Una se encargó del contrato, otra de la recreación de la exposición; cada una estuvo a cargo de alguna función. Inclusive al traerlo aquí ya lo tenían todo en sobres clasificados y enumerados para saber luego a cual vitrina pertenecían.” Junto a la colección llevaron también el catálogo iniciado por Mencía, donde aparece el número de orden de cada sacapuntas, lugar de procedencia, costo en el caso de los que fueron comprados y persona que lo regaló en el caso de los obsequiados y año en que pasaron a formar parte de la colección.

“Nosotros le sacamos una copia para seguir fiel al documento original.

Fíjate que iniciamos con la frase de ella: “Comencé mi colección de sacapuntas, el día veinticinco de marzo del año mil novecientos cincuenta y nueve. Mencía C. Renville S. San Cristóbal.”

Particularidad y orden Cuando los sacapuntas llegaron al politécnico, estaban ordenados, clasificados y en buenas condiciones.

Actualmente poseen este mismo estado, y se encuentran en uno de los salones de la biblioteca San Francisco Javier. Este salón está ambientado cual si fuera la sala de la casa de la profesora Mencía.

El 18 de febrero del 2011, en el marco de la celebración del día del estudiante, esta colección fue declarada como Atractivo Cultural de la Provincia de San Cristóbal.

Ese día fue abierta al público.

Mencía conservaba sus sacapuntas organizados en la ‘salita’ de su hogar. Allí fue donde inició con su catálogo, donde plasmó cada detalle de sus queridas piezas.

Todo comienza con la brújula amarrilla que le regaló su hermana menor y concluye con la pieza 2,326 que es un ejemplar de radio antiguo.

Smelin Reyes explica que Mencía era la que se encargaba, junto a sus sobrinas, de ordenarlos y clasificarlos según el material. “Ella los clasificaba por año, por lugar de procedencia; si fue comprado o regalado, y los enumeraba, fíjate que tiene su propia letra; ahora los últimos que hemos obtenido han sido las sobrinas nietas las que han escrito.” Los sacapuntas difieren en su material, tamaño y diseño. Los hay de plástico, de goma, de metal y madera.

Cada vitrina los acoge acorde a su material o tema. Un ejemplo de esto es la vitrina número ocho que recoge todos los medios de transporte; barcos en diferentes modelos y tamaños; carros, grandes y pequeños, modernos y antiguos; aviones, aeroplanos, avionetas, y por si fuera poco hasta las señales de tránsito.

“Están ordenados de manera temática si son frutas, si es de navidad, si son aves, pajaritos o patitos y niños; entonces ellas los colocan de acuerdo al tema sin importar el numero de orden que tenga en el catálogo”, expresa Reyes.

Las promociones de las marcas también tienen su espacio en esta colección. Los superhéroes no se quedan fuera, y los clásicos han encontrado un lugar. El carro de Batman, el chocolate Kiss, la botella de Coca-cola, la BMW, la botella de Pepsi, los corazones y diversos modelos de Barbies, y muchas otras promociones se pueden encontrar en la colección de sacapuntas de Mencía.

Donación y significado Cuando el Politécnico hizo pública la colección muchas personas la vieron y se identificaron con ella.

Unas damas españolas regalaron alrededor de 30 muestras de sacapuntas de metal las cuales mantienen viva una época de la historia que no es muy conocida por la nueva generación. Reyes comentó que hay una vitrina completa dedicada a las piezas de metal. “Aquí las personas pueden apreciar la plancha de carbón, la máquina de escribir, de coser, la balanza, la lámpara humeadora; motores, caballos, carros medievales, una guillotina, una vitrola, un molino, cañones, y un sin número de objetos propios de una época pasada.” Esta donación contaba con algunas piezas duplicadas, las cuales fueron conservadas en un almacén para ser reemplazadas en caso de que se extravié una de las que están expuestas.

Un niño de San Cristóbal tuvo la oportunidad de asistir a la inauguración de la colección y al estar allí se dio cuenta de que su sacapuntas no estaba en la colección, por lo que decidió donarlo.

Otra pieza que llegó luego de este día, fue el estuche de lápices de colores de la Pontificia Universidad de Salamanca, que al momento de ver en el Facebook del instituto, les envió su sacapuntas promocionar para que las vitrinas pudieran ostentarlo.

“Tenemos personas de aquí, de la provincia, que salen a otros países y nos traen nuevas muestras. Una de estas es el sueco que el padre José Victoriano sj., nos trajo. Lo bonito es que esta es una colección viviente que esperamos siga creciendo, por eso contamos con algunas vitrinas vacías, para llenarlas”, enfatizó Reyes.

(+) UN POCO DE HISTORIA

María Mencía Catalina Renville Santos nació en San Cristóbal, el 30 de diciembre de 1916. Desde temprana edad tuvo un espíritu muy dinámico, practicando en sus años de adolescencia y juventud el ciclismo, la natación y el voleibol, formando parte del grupo ‘Encanto Femenino’, que viajó por varias ciudades del país poniendo en alto el deporte nacional.

Miembro fundador y directivo del Patronato de Educación Especial de Rehabilitación en San Cristóbal, institución que en 1975 fundó una escuela para niños con problemas mentales. En la actualidad se encuentra en funcionamiento.

Fue maestra durante 10 años en la Escuela Juan Pablo Pina de esa localidad. De igual forma fue maestra fundadora del Instituto Politécnico Loyola donde paso a ser profesora desde 1952 (período de instalación) hasta 1982, lo que suma 30 años. Fue declarada hija destacada de San Cristóbal en el 2002 por la Gobernación de esta ciudad.

El 30 de junio de ese mismo año recibió un Busto de Salomé Ureña de Henríquez y diploma que es la mayor distinción y galardón que otorga el Ministerio de Educación a los maestros distinguidos.

Una de sus frases que ilustra su colección es: “El motivo del sacapuntas es el lápiz.”

Smelin Reyes, es la encargada del recorrido para los visitantes.

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