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“Dictado de Luna” de Lauristely Peña Solano

“La luna se puede tomar a cucharadas

o como una cápsula cada dos horas.”

Jaime Sabines

“Hay tanta soledad en ese oro. La luna de las noches no es la luna que vio el primer Adán. Los largos siglos de la vigilia humana la han colmado de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.”

Jorge Luis Borges

La Luna, astro íntimamente hilvanado a la raza humana. Circulo inaudito que controla los fluidos de la tierra y de la tierra que somos los seres humanos.

Es la luna, desde todos sus nombres quien ha dictado un libro a la joven escritora dominicana Lauristely Peña y sus palabras brindan todo aquello que esta trae de la mano. Es lógico pensarlo y los versos de la escritora lo confirman: si la luna dicta un poema, la noche se vuelve protagonista, ella y su implacable cercanía a la locura, que finalmente se convierte en tiempo, como simple tiempo y en el tiempo que desea ser frisado con besos.

El libro Dictado de Luna, es esto y mucho más, la voz sincera de una mujer del Caribe quien sin desearlo (quizás) deja entrevisto su bagaje cultural y su formación o investigación clásica.

La luna inaugura y clausura el libro, desdoblándose desde su simpleza hasta convertirse en un ser complejo, emergiendo una estructura para un cierre perfecto después de haber dado un paseo por temáticas que a simple vista parecen distantes, pero que en realidad giran alrededor del tiempo y esos ciclos a los cuáles los humanos estamos atados. El idioma de la luna se pasea por las nocturnidades de la autora.

Nazco, crezco, pierdo mi inocencia, continuo con la vida y Lauristely, deja desnuda la añoranza de volver a esa inocencia anhelada, presenta francamente el itinerario con un final en el mutar de niña a mujer, de la mano con la luna. Una leve negación de la tenebrosa entrada al fangoso mundo de sexo:

“Ave y niña fui a la vez

antes de que el sexo irrumpiera mis despertares

¿Mi luz?”

“Entre olvidos

dejo esparcidos los rayos

de mi fingida inocencia,

desconocida balanza.”

“la inocencia a veces usa converse”

Luna y palabra, imágenes transformados en versos. En alguno que otro rincón del libro, la luna también se presenta gastada, manoseada, como la prostituta del planeta tierra. Muestra sus arrugas, se vuelve transparente por el uso excesivo de su luz, todos la poseemos… La Luna colectiva llora, sola. La mujer, que somos finalmente todas, se refleja en la luna y allí es donde la luna de Lauristely se convierte en un destino, como el cuerpo de una mujer-espejo: un lugar a ser conquistado.

”Observa a los pequeños

hombres-dioses

con sus mitologías, sus licántropos,

sus escaleras infinitas que intentan tocarla,

poseerla.”

“¡Pobre Luna!

Cansada de no tener privacidad se esconde en el azar de trasmutar

convertida en olas, toca el alfabeto de los enamorados”

Mediante el paso de los versos descubrimos paralelamente un homenaje a Cortazar, mostrado en estructura, también en intensiones. Estos destellos de Julio se muestran francamente en el poema “Triste?” y luego asoma la mirada nuevamente en los poemas de juegos fonéticos como “Rayuela (instrucciones)”.

Lejos o cerca de la luna, la autora presenta a través de las imágenes elegidas su lado existencial, ser humano franco que usa la ciudad, vive, ama y anhela. Y ese mundo nocturno elegido para presentar su humanidad de mujer, juega un papel fundamental en la fuerza misma de sus pensamientos:

“que hago conmigo si no se vivir de otra manera”

“que será de mi sombra si la empeño”

“a veces uso máscaras asquerosamente humanas”

A lo largo de cada poema, la autora devela un secreto íntimo que ha de ser captado por los más sutiles.

En el momento que el tiempo hace su presencia, Lauristely decide terminar con él, asesinarlo.

¿Quién no ha deseado alguna vez cavarle una tumba al tiempo? ¿Quién no le ha declarado una guerra, frente a la urgencia de capturar al ser amado? Dictado de luna establece una batalla en contra del paso inminente de los segundos, valiéndose de una nostalgia delicada y a la vez contundente.

“combatamos el tiempo con el vertiginoso nado de un beso”.

En los paseos a través de los versos dictados por la luna, entendemos presenciar una búsqueda del yo único, de quien se adentra con pasos firmes a una visión completa de esa mujer-poema que le habita. Entendemos que cada lector tendrá una opinión y pondrá el granito de arena que le falta perpetuamente a cada libro, antes de colonizar a un nuevo lector. Les invitamos a disfrutar de su lectura, para que Dictado de luna sea completado hasta el infinito junto a sus pensamientos.

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