“La Tregua”, de Mario Benedetti

El amor siempre será un instrumento emocional, íntimo y profundo, para destruir el desapego a la existencia. En la novela “La Tregua”, de Mario Benedetti, el tema amoroso será la tregua perfecta para un hombre a quien todo en la vida ha sido gris y aburrido. Esta es la historia de Martín Santomé, un viudo a punto de jubilarse. Es un hombre apagado, hastiado del mundo. En una ocasión dice: ´Si alguna vez me suicido, será en domingo. Es el día más desalentador, el más insulsoª.

Y en otras ocasiones se hace acompañar de frases que recuerdan su grisáceo estado de ánimo: ´Hoy fue un día feliz; sólo rutinaª; ´El Día de los Trabajadores más aburrido de la historia universal. Para peor: gris, lluvioso, prematuramente invernalª...

Aunque está interesado en la jubilación, el aburrimiento, que siempre se impone en todos los actos de su vida, le impide tener una clara idea de para qué desea abandonar el espacio laboral. Así lo indica en el mismo inicio de la novela, fechado en el diario con el Lunes 11 de febrero:

´Sólo me faltan seis meses y veintiocho días para estar en condiciones de jubilarme. Debe hacer por lo menos cinco años que llevo este cómputo diario de mi saldo de trabajo. Verdaderamente, ¿preciso tanto el ocio? Yo me digo que no, que no es el ocio lo que preciso sino el derecho a trabajar en aquello que quiero. ¿Por ejemplo? El jardín, quizá. Es bueno como descanso activo para los domingos, para contrarrestar la vida sedentaria y también como secreta defensa contra mi futura y garantizada artritis. Pero me temo que no podría aguantarlo diariamente. La guitarra, tal vez. Creo que me gustaría. ¿Escribir? Quizá no lo hiciera mal, por lo menos la gente suele disfrutar con mis cartas. ¿Y eso qué?ª. Como vemos, Martín lleva unos cinco años esperando el momento de quedar libre de las cadenas de la rutina laboral. Y en los meses finales de este período, como un oasis emocional en medio de su larga vida de aburrimiento, surge una especie de oasis -una tregua- representada por su enamoramiento de Laura Avellaneda, una joven empleada de la oficina.

Desde su aparición en 1960, esta novela de Benedetti marcó un hito en la narrativa latinoamericana. Está escrita en forma de diario, lo cual le permite al autor contar una historia con distanciamiento y la cercanía, muy adecuadas al tema amoroso. Sabemos que el diario está relacionado con la escritura muy personal, con el punto de vista detallado y a la vez íntimo de quien lo escribe. La novela epistolar, iniciada hace unos tres siglos, ya había demostrado que la ficción de escribir libre en soledad una historia presta muy buenos dividendos a las novelas de amor.

La vida del protagonista transcurre entre las observaciones burocráticas, su ansia por el momento de la jubilación, la relación con sus tres hijos, la difícil inserción en el entorno social y, por supuesto, su refrescante y novedosa atracción por Laura. En cada caso, Martín demuestra un extraño equilibrio entre su necesidad al objeto deseado y su actitud que le hace crear siempre una clase de distanciamiento.

La pasión de Martín por Laura nace en la burocracia de la oficina y siempre estará matizada por los códigos impersonales del lenguaje de la oficina. Laura es una empleada a su cargo; a los ojos de los demás será tratada como una empleada más. Por eso Martín siempre la llama Avellaneda, o sea por su apellido, como a uno más de sus subalternos. Aún en el instante de su interés pasional, mantiene su análisis burocrático:

´Sigo sin averiguar qué es lo que me atrae en Avellaneda. Hoy la estuve estudiando. Se mueve bien, se recoge armoniosamente el pelo, sobre las mejillas tiene una leve pelusa, como de durazno. ¿Qué hará con el novio? O mejor, ¿qué hará el novio con ella? ¿Jugarán a la parejita decente o se calentarán como cualquier hijo de vecino? Pregunta clave para un servidor: ¿Envidia?ª.

A pesar del carácter burocrático con que mantiene su existencia, el amor por la muchacha introduce en la vida del protagonista el elemento para que su vida dé un cambio y, por ende, le permita emprender una historia nueva. Este punto de giro da existencia a la novela. Su pasión por Laura le modifica la existencia:

´El plan trazado es la absoluta libertad. Conocernos y ver qué pasa, dejar que corra el tiempo y revisar. No hay trabas. No hay compromisos. Ella es espléndidaª.

La empresa amorosa entre ambos marcha bien. Las personas cercanas a Martín, incluidos los lectores, notan su transformación emocional. Realizan planes, se plantean una vida juntos, todo se vuelve color de rosa... y entonces... dejamos de contarle la historia hasta este punto, de manera que la película se encargue de contarnos el resto.

Mario Benedetti nació en 1920, en Uruguay), y murió en Montevideo en 2009. Su novela “La Tregua” ha sido su más difundida. De ella existen dos películas: una argentina, en 1974, y una mexicana, en 2003, algo no muy común para la novelística latinoamericana llevada al cine y que sin dudas habla de la gran resonancia de este libro que ya para 1989, en menos de treinta años, ya había alcanzado setenta y cinco ediciones.