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NUEVAS LECTURAS

Lectores en busca de letrones

Los miembros del Taller Literario Narradores de Santo Domingo son lectores con alma de escritores. Ahí no solo aprenden las técnicas para mejorar el arte de escribir, sino que también van en busca de lo selectivo.

Talento. Un grupo de los integrantes del Taller Literario Narradores de Santo Domingo.

Talento. Un grupo de los integrantes del Taller Literario Narradores de Santo Domingo.

Rodolfo baez es escritor. Desde adolescente se dejó seducir por la ciencia ficción y la literatura especulativa, que abarca la fantasía, el horror, el terror y por supuesto, la ciencia ficción. “Leo mucha ciencia ficción porque es lo que me gusta escribir. Ahora leo la serie que comprende el ciclo de la obra de Christopher Paolini: “Eragon”, “Eldest”, “Brisingr” y “Inheritance”. En mi referencia de este tipo de literatura leo de países como Cuba, Puerto Rico y Perú”, refleja Baez.

Él busca en la literatura arte. Considera que entre los escritores existen dos corrientes: Los que se toman la literatura como un arte y los que hacen literatura de moda. El escritor, como la mayoría de los lectores selectivos, no le importa que este tipo de literatura no venda millones de ejemplares, pero que esta pieza literaria pase la prueba del tiempo.

“Esta literatura contiene elementos mágicos; Un principio genial, una trama bien construida, un final impactante. Eso no lo tiene a literatura light, a pesar de los millones de ejemplares que vendan”, afirma Baez.

En gran medida estos libros de literatura seria, como considera este miembro del Taller, no son aclamados en su época.

“Cuando Miguel de Cervantes murió, su esposa necesitó dinero para enterrarlo. Vivió en la absoluta miseria. Su obra “Don Quijote de La Mancha” no fue aclamada en su tiempo, estaba muy adelantada para su época. Sin embargo, hoy en día esta obra publicada hace cuatro siglos sigue generando ingresos millonarios”, comenta. Agrega: “Una literatura light hace un ‘boom’, pero cinco años después nadie la recuerda, con el arte no, el arte permanece, y mientras más tiempo pasa, mejor. Por ejemplo, “La Ilíada” y “La Odisea”, de Homero, tres mil años después, siguen vigentes”.

Matices Cada escritor tiene matices diferentes. Báez no sigue a un autor o corriente en específica. “Los escritores son artistas y cada uno tiene algo especial. Me encanta la novela de Julio Cortázar “Rayuela”, porque tiene esa mezcla de matices a la hora de narrar, pero Jorge Luis Borges en “El Aleph” es más filósofo, más profundo, pero también es bueno. Por eso es muy difícil seguir una corriente determinada. Prefiero leer muchos autores y no limitarme a una sola corriente ni a un solo autor”, concluye.

Francis Santos, otro miembro del Taller, lee en la actualidad literatura contemporánea, en especial latinoamericana, pero sus inicios fueron a través de las historietas. “Comencé leyendo en la adolescencia con los cómics (“Paquitos”) porque buscaba otro tipo de lectura.

Santos se resistía a las lecturas obligadas de la escuela, así que inició con las obras del francés Julio Verne “Viaje al centro de la tierra” y “La vuelta al mundo en 80 días”. “Este fue el inicio, mi inclinación hacia lo clásico y lo contemporáneo. Luego de ingresar a los talleres literarios, volví de nuevo a esas lecturas que entendía ‘forzadas’, porque me di cuenta de que, como aspirante a escritor, debía reforzar y conocer a los clásicos. A medida que iba conociendo estas obras, iba avanzando en el tiempo”, afirma.

Y destaca: “Sabemos que existe la ‘literatura light’, pero tratamos evitar ese tipo de lectura porque para nuestra formación como escritores nada aporta”.

Caras nuevas Jesús Valentín, de 23 años, considera que la poca predisposición hacia la lectura la percibe desde los maestros, quienes no promueven obras ‘relevantes’. “Cuando los maestros ponían libros, no tenían control de lo que los estudiantes entregaban, es decir, los compañeros usualmente hacían resúmenes sin leer el libro o muy poco”, narra.

El joven se inclina por la literatura clásica de William Shakespeare. Confiesa haber leído “Otelo”, “El rey Lear” y “Romeo y Julieta”. “Además de Shakespeare, acabo de leer “Cien Años de soledad” y “El amor en los tiempos del cólera”, de Gabriel García Márquez pero prefiero más la poesía”, indica.

Otra joven es Ana Alcántara, de 23 años, quien manifiesta estar cultivando en el Taller el hábito de la lectura. “Antes solía leer ‘literatura light’. Ahora retomé el habito y leo lectura clásica”, refleja.

Y sostiene: “He leído desde pequeña, pero ahora he vuelto a interesarme por los libros y me inclino por el romanticismo, con las obras de Gustavo Adolfo Bécquer.

(+) LOS QUIJOTES QUE SIGUEN AMANDO A LAS LETRAS ¿Evoluciona la Literatura? Para el escritor Héctor Santana la literatura ha evolucionado, y como todo arte debe estar en constante crecimiento: “Existe una banalización de la cultura en sentido general y los jóvenes y los padres han caído en ella. Consideramos todo lo que es fácil, orillero e intrascendente como importante y lo importante lo desconocemos”.

Santana considera que la cultura de lo selectivo demanda una búsqueda. “La literatura de verdad también tienes que buscarla, no sale de la nada y ahí está el gran déficit”.

Los maestros no leen El escritor no considera que la literatura sea fuerte o blanda, todo va a depender del maestro que se tenga al frente. “Si el maestro tiene herramientas para llevar ese texto a sus alumnos probablemente este incida de manera favorable, pero los maestros estamos a ultranza de la realidad”, apunta.

En adición, el también escritor Fernando Berroa sostiene que para enamorar a un joven con la literatura debe ser con algo cercano a su realidad. Se debe hacer con lo mejor de la literatura contemporánea: “Por ejemplo, aquí tenemos a un Pedro Antonio Valdez y su libro “Bachata del ángel caído”, con un lenguaje actual, moderno, llano y vivaz, y a partir de obras como esa uno se va interesar por la lectura”.

Agrega “Sucede que aquí los maestros no leen y si no conocen la variedad de la literatura dominicana, no pueden colocarles a sus alumnos lo que ellos no han consumido. La mayoría de maestros que están en las aulas enseñando fueron alumnos de fotocopias, quizás no se leyeron tres libros en toda la carrera universitaria”. De acuerdo a Berroa, hay un mito con la era de la información, en la que esta desplazaría los libros físicos, porque a través de la digitalización, todos están en la Internet. “Hay millones de libros en la red, pero aun así no se lee, la mayoría de personas consumen extractos y resúmenes”.

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