De Edipo Rey a Edipo Alcalde

La literatura griega es referencia universal. Ya sean las epopeyas homéricas, o los grandes discursos de Cicerón, son lectura obligada no solo como cultura general, sino como fuente contenedora de los principales rasgos de nuestra herencia ilustrada. Las siete tragedias de Sófocles pertenecen a ese conjunto de consultas ineludibles del teatro universal, su valor literario es innegable, pero su incidencia en el mundo ilustrado de la modernidad lo es aún más.

“Edipo Rey”, a la vez que una tragedia y una obra de teatro, es una historia donde las bajezas y noblezas humanas afloran con inigualable equilibrio. Un oráculo (adivinador), predice la desgracia de un rey: morir por la mano de su propio hjo, la consecuencia de esta predicción hace que el rey destierre al reciennacido a otra ciudad. En ella al bebé lo cría una reina infertil que encontró en el pequeño abandonado el hijo que nuna tuvo. Pasan los años y el príncipe consentido se marcha del reino y en el camino tropieza con un carruaje custodiado por guardianes. Entra en trifulca con ellos por estorbarle, y empuja por el precipiecio la carroza, matando así al rey de la ciudad contigua, quien no era nadie más ni nadie menos que su propio padre; prosigue su camino y al llegar a la ciudad del rey fallecido, se encuentra con la situación de que ante la desgracia del rey muerto, una esfinge monstruosa se había aporderado de la ciudad y hasta que alguien adivinara su acertijo, no saldría allí, al llegar Edipo, adivina el acertijo e inmediatamente se convierte en el rey de la ciudad, teniendo como herencia a la esposa viuda. Con ella procreó cuatro hijos. Con el pasar de los años, Edipo quiso averiguar el asesino del rey al que él había suplantado y descubrió con gran pesar la verdad. Al descubrirlo, se saca los ojos y se va al reino contiguo donde el rey de aquella ciudad le da abrigo a él y a sus dos hijas Antígona y Clitemnestra. Allí se suicida bajo el acuerdo de que nadie sabría nunca el destino de su cuerpo, ya que sus hijos, Orestes y Agamenón, lo querían para asegurar prosperidad y bienestar a su reino.

Como referente cultural, tenemos que el padre de la psicología Sigmund Freud, denominó como el “Complejo de Edipo” al trastorno que consiste en la postergación de la madre como modelo femenino de enamoramiento. Complejo de Electra, otra tragedia sofocliana, lo usó para dar nombre al mismo trastorno, pero en versión femenina. Con la película “Edipo Rey®, del director colombiano Jorge Alí Triana y guion de Gabriel García Marquez, estamos ante un doble banquete de las letras, pues un nobel de literatura, escribe un guion, tomando como materia prima, una tragedia universal. Estamos frente a un diálogo de dos íconos de la literatura, uno en la antigua Grecia, y otro en Colombia del siglo XX.