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NEGRITA COME COCO

Papito ¡Pobre, Papito!

Junior Santos Guerra, conocido como Papito por toda su familia y por los moradores del barrio “Sal si puedes”, nunca se imaginó que saldría en la portada de todos los periódicos del país, dizque acusado de ladrón. Él que trabajaba de sol a sol como recogedor de basura en un vertedero para mantener a sus cinco hijitos y a su mujer; además de llevarle algún dinerito a su madre. y que nunca había estado preso por nada. Él a quien su difunto padre (¡Dios lo tenga en la gloria y donde no se moje!) le enseñó el valor del trabajo duro y a siempre mantenerse honesto a pesar de ser pobre y de sentir que a veces se lo estaba llevando el mismísimo Diablo. ¡Él quien todos los días se ensuciaba las manos con inmundicias en el vertedero de Duquesa, ahora se veía en todos los diarios y noticieros dizque por ladrón! ... Todo empezó aquel día en que entre toda la basura alcanzó a ver una cartera de color azul brillante que de seguro le gustaría a su mujer. Nuestro protagonista tomó el bolso, y sin revisar lo que había adentro, lo llevó a su casa para sorprender a su esposa. que cumplía años. Grande fue la sorpresa que se llevaron ambos cuando al abrirla cayeron todos los billetes al suelo. A pesar de estar pasando el Niágara en bicicleta y de no tener para comprar el arroz del día siguiente, Papito no dudó en llevar los 200,000 pesos a la policía. Después de todo su papá le había enseñado a ser serio porque “pobres somos, pero rastreros no”. Lo único con que no contaba Papito era con que los dueños de la cartera habían puesto una querella ya que se las habían robado en un atraco. Encima de todo los policías a los que le entregó la bolsa se quedaron con 100,000 pesos dizque para comprar “algo pa’ la merienda”; los encargados de entregar el dinero tomaron 50,000, un abogado que por ahí pasaba pidió 10,000 y en lo que el hacha va y viene solo quedaron 20,000 pesos. Por más que nuestro héroe juró que el había encontrado la cartera en el vertedero y que cuando la entregó a la Policía habían 200,000 pesos nadie le creyó. De nada le valieron sus súplicas, sus lágrimas, las firmas de la Junta de Vecinos y el testimonio de su mujer. ¿Después de todo quien le va a creer a un miserable buzo de Duquesa?

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