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El blues de los perdedores

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Fernando Araújo VélezBogotá, Colombia

Y un día comprendes que perder y ganar no son más que categorías inventadas, patentadas, manipuladas y difundidas por los humanos, pero tal vez ya es muy tarde, muy de noche, demasiado tarde, y es imposible echar para atrás y deshacer tanta estupidez, cuando las estupideces que hiciste fueron en gran parte por basar tu vida en eso, ganar o perder. Te convencieron de que ser un perdedor era ser menos, como si pudiera haber personas menos y personas más, y lo peor, te convencieron de que tenías que ganar dentro de las premisas ganadoras que otros querían. Te dictaron lo que era ganable, es decir, lo que a ellos les convenía que fuera sinónimo de triunfo, de éxito, y les convino que trabajaras, que te mataras por ahorrar, por comprar y comprar y comprar, por casarte y tener hijos, por gastar y gastar. Les convino que te atragantaras de televisión, de fútbol, de patria, de días de amor y amistad, de compartir, y que te convencieras y convencieras a tus hijos y amigos de que ganar era eso, y que perder era estar por fuera de ese sistema, el sistema. Fueron sus categorías y te las impusieron, no las tuyas. Tus triunfos, por llamarlos de alguna manera, fueron, eran otros. Sin embargo, tú no los consideraste dignos de entrar en esa categoría. Una flor de mil colores que encontrabas en el camino era una victoria. Una piedra con forma de caballo marino, o un caballo marino en pleno baile ceremonial en busca de amor, eran triunfos, pequeñas felicidades que te dieron una plenitud única e irrepetible, pero tú, en lugar de celebrar el milagro de las pequeñas plenitudes, te empeñaste en comprar la flor, el caballo marino, sus ceremonias y los colores, pues creíste que así serías feliz. Te metiste dentro de las categorías que te legaron, y te enquistaste ahí. Hoy sabes que, según esos parámetros, nunca ganaste, pero ya no te importa. Todos perdemos todo el tiempo, dices, porque a aquellos que te empujaron a su sistema les conviene que perdamos. Todos ganamos alguna vez, dices también, sobre todo ahora que entiendes que el triunfo y la derrota son simples abstracciones. No se gana o se pierde; se vive o no se vive. *** Fernando Araújo Vélez. Cartagena, Colombia. Autor de los libros Pena Máxima, El fútbol detrás del fútbol, Del domingo al vacío y 8.848. Columnista dominical del diario El Espectador, y editor cultural del mismo periódico.

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