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EN LA RED

Rana Pepe, una víctima del meme

La mejor forma de burlarse ante un acontecimiento que llame la atención de un grupo determinado es mediante un meme. Estas jocosas imágenes satíricas que se distribuyen por redes sociales han logrado buena acogida en el público internauta que, hasta sin pensarlo, reacciona con uno ante cualquier acción en pocos segundos.

Los memes son buenos. Muchos nos divertimos y los esperamos luego de cada evento, sobre todo premiaciones, o hechos sociales que acaparan mucho la atención. Se hacen con caricaturas famosas de Internet, con figuras del espectáculo, y hasta se mezclan ambos para hacer de la imagen algo algo más chistoso.

Hasta ahí estos relajos son encantadores, ¿cuál es el problema con toda esta democratización? Que fácilmente se pierden los límites. Por esto, criaturas creadas para un buen fin se utilizan con otras intenciones.

Precisamente eso es lo que ha llevado a la muerte de la rana Pepe (anunciada por su creador), una caricatura hecha con la intención de ser “chévere” que fue convertida en un símbolo racista.

La imagen iconográfica nació en 2006 en una historieta llamada “Boy’s Club”. Lo vimos como el presidente de EEUU Donald Trump, y desde el año pasado, con todo lo creado en torno a su figura se perfiló como un sinónimo de odio.

Esta es una señal que muestra qué tan desvirtuados nos podemos poner ante lo que encontramos en Internet. Pensamos que los contenidos no son de nadie, olvidamos la intención de las cosas. Frenemos un poco, porque lo ajeno merece eso, respeto, aunque esté en Internet.

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