Sin máscara

El rol de un buen cristiano no está determinado por ir o no a una iglesia. El verdadero cristiano es aquel que busca alcanzar una transformación, que busca nacer a una nueva vida. Un verdadero cristiano estará vigilante de la actuación de sus líderes, no para criticarlos, sino para apoyarnos en el camino espiritual.

Cuando los cristianos nos quitemos las máscaras, cuando busquemos transformarnos en nuevas criaturas, seremos mejores seres espirituales y menos religiosos. Cuando los líderes de las iglesias seamos más espirituales y no tan religiosos, tendremos menos escándalos en nuestras instituciones cristianas.

Cuando haya verdaderas transformaciones espirituales en quienes trabajan para la iglesia, no habrá sensación de separación con Dios, porque cuando se está consciente del vínculo indisoluble con nuestro Creador, no hay un cristiano que sea capaz de transgredir ninguna ley. Como cristianos verdaderos debemos estar conscientes que cuando una actuación de nosotros se convierte en una acción en contra de la entidad religiosa para la cual servimos, estamos asumiendo la consecuencia de la ley de causa y efecto.