Los de siempre

Qué fácil es hablar mal de los demás cuando no están presentes, para cubrir las propias incompetencias o tratar de granjearse, o eclipsar el cariño que otros ya han ganado. La humanidad se debate entre la vida y la muerte, entre trascender los propios egoísmos, la maldad, la malicia para finalmente obtener la luz plena. Pero hay gente que se siente el centro del universo, y quiere torcer todos los argumentos a su favor, para mostrarse como los salvadores, los “chapulines colorados” ante una agenda propia de escalar y demostrar “talentos” profesionales, denostando la labor de sus predecesores.

Lamentablemente, la vida con sus sabias leyes, y en su propio devenir, ha demostrado que el “Dr. Merengue” tiene vida corta, que el boomerang o Ley de Causa y Efecto, el día menos pensado deja al descubierto las verdades y solo queda el “crujir de dientes”. Construir destruyendo lo que otros han forjado jamás le ha dado resultados a nadie.