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DOS MINUTOS

Usted es un teknon

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Luis García DubusSanto Domingo

“Dime una cosa”, le dije en una ocasión a mi esposa, “¿de qué era que nosotros hablábamos antes?” Estaba haciendo esta pregunta en forma jocosa. Hacía media hora que había llegado del trabajo, y durante todo ese tiempo ella había estado contándome todo lo que había hecho durante el día nuestro primer hijo, que en ese entonces tenía unos seis meses de edad.

Que si comió bien, que si lloró, que si vio un perrito y se rió, que ya tiene otro pelo en la cabeza...

Él era nuestro único tema de conversación. Nació nuestro segundo hijo y también nos enamoramos de él. Era muy inteligente, tenía carácter. Un día cuando tenía unos 3 años de edad, se había subido a una escalera que teníamos en el patio, y no sabía cómo bajar.

Me di cuenta de que era una oportunidad para enseñarle a confiar en su padre, así que me puse debajo y abriendo los brazos le dije: “¡Tírate, que yo te aparo!”

El niño dudó, no quería, pero ante mi insistencia se tiró en mis brazos, y entonces nos reímos y celebramos su “valentía”.

Pues bien, el evangelio de hoy me ha recordado estos dos incidentes, por dos mensajes que contiene.

Primer mensaje En el evangelio de hoy (Mateo 10,26-33) aparece esta frase dirigida a nosotros:

“De ustedes hasta los pelos de la cabeza están contados” (Mateo 10, 30)

Segundo mensaje También me ha recordado que puedo confiar plenamente en Él. El Señor asegura hoy que Dios está pendiente hasta “de los pajaritos del campo”. Y luego afirma:

“Ustedes valen más que todos los pajaritos juntos.” Y añade:

“Así que no tengan miedo”

(Mateo 10, 31)

Amigo, si usted se siente en este momento como subido en una escalera de la cual no sabe cómo bajarse, le voy a decir cuál es el único modo seguro de hacerlo: No tenga miedo, y tírese en los brazos de su Padre.

Puedo decirle que conozco cientos de personas que se han abandonado en Dios, y se han tirado en sus brazos, y no conozco un solo caso en que el Señor haya dejado caer a nadie.

Usted está protegido. Hasta los cabellos de su cabeza están contados. El Señor mismo le dice que no tenga miedo, porque usted es personalmente importante para Dios.

La pregunta de hoy ¿Por qué hace tanto daño el miedo? Porque es lo contrario de amor. La actitud de amor produce paz, confianza, alegría, comunicación fácil, comprensión, convivencia agradable, etc. Y todas estas cosas son, precisamente, las que nos pueden hacer felices.

San Lucas escribió su evangelio en griego. Y es el único evangelista que narra la parábola del hijo pródigo. Cuando el padre de la parábola se dirige al hijo mayor, rebelde y resentido, lo llama“TEKNON”, una palabra cariñosa que traducida literalmente significa“niño mío”

Eso es lo que somos usted y yo para nuestro Padre Dios. Y a usted y a mí nos dice 365 veces en la Biblia la frase “No tengas miedo, niño mío”

El tierno amor personal del Espíritu de Dios, dejado entrar confiadamente hasta el fondo, es lo único que puede quitarnos nuestro miedo y hacernos capaces de ser felices, y de vivir y convivir con paz, comprensión y misericordia.

“Dichosos los misericordiosos”

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