Dios está pendiente

Mientras iba manejando mi carro, no podía dejar de pensar en la trampa que me habían tendido. Debido a que me negué a ir a un juzgado de paz y decir que yo había visto algo que no era cierto, estaba en peligro de perder mi empleo.

¡La manutención de mi familia estaba en peligro! Me sentía desalentado, y eso es malo para un vendedor, ya que este trabajo necesita una buena dosis de motivación. Así que, en medio de mi angustia acudí a Dios, y con todas mis fuerzas pedí orientación y fortaleza.

La respuesta de Dios fue una frase que escuché en mi interior: “Atiende al cliente que vas a visitar con mucho entusiasmo y alegría, y haz tu mejor labor de venta”. Siguiendo aquella voz, le pasé por encima a mi desaliento y trabajé más y mejor que nunca, frente a un nuevo cliente a quien tenía que atender. Fue tan positivo y eficaz que llamó la atención de aquel señor.

Pocos días después, recibí una llamada del señor para quien había hecho tan buen trabajo, para ofrecerme un empleo mucho mejor del que estaba a punto de perder. “¡Qué suerte tuvo! ¡Qué casualidad tan afortunada!”, diría cualquiera. No pienso que aquello fue producto de la suerte ni de una afortunada casualidad.

He descubierto, a través de muchos sucesos en mi vida, que el éxito no depende de la suerte, sino de un trabajo hecho con entusiasmo, tal como hice aquel día, siguiendo las instrucciones de Dios.

He comprendido perfectamente lo que quiere decir el Señor en el evangelio de hoy, Mateo 6: 24-34. El Señor habla en contra del desaliento, de la angustia y de la preocupación. Nos dice que si en todo ponemos a Dios primero, todas las demás cosas se nos darán por añadidura. Nos asegura que Dios está pendiente de nosotros. Que existe la providencia, lo cual significa que estamos protegidos.

La clave de la buena noticia de hoy es la promesa de que si usted pone a Dios por encima de su desaliento, o su tristeza, o de su temor, Él se encargará de que a usted le vaya bien. En otras palabras: “Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Cuanto emprende tiene buen fin” (Salmo 1). Y no importa cuál sea su problema. Sí, así mismo, no importa. Dios sabe lo que está pasando. Dios está pendiente. Usted está protegido.

Si usted pone a Dios primero, lea esto, es para usted: “Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman” (Romanos 8,28) ¡Este es el fundamento del optimismo cristiano! Amigo, “bástale a cada día su afán” (Mateo 6,34), de modo que, pongamos a Dios primero y seamos felices hoy.