Santo Domingo 25°C/25°C few clouds

Suscribete

DOS MINUTOS

No son los actos, es la actitud

Los actos son algo externo, y la actitud está en el interior. Los actos pueden fingirse, la actitud es la propia verdad

Avatar del Listín Diario
Luis García DubusSanto Domingo

Yo estoy totalmente seguro de que mi amigo A.C. nunca ha hablado mal de mí a mis espaldas. De esto no tengo la más mínima duda.

¿Que cómo puedo tener una certeza tan absoluta? Muy sencillo: jamás he oído a mi amigo A.C. hablando mal de nadie, y no es posible que conmigo haga él una excepción. ¿No le parece? Esta admirable cualidad de A.C. me recuerda una de las máximas de Benjamín Franklin que dice: “No hablaré mal de hombre alguno, y de todos diré todo lo bueno que sepa”.

¿Conoce usted personas que actúan de esta manera? ¿No es cierto que son dignas de su aprecio y admiración? Conversando con otro gran amigo, J.L., me llamó muy agradablemente la atención una frase que dijo, refiriéndose a las relaciones con sus semejantes.

La frase fue ésta: “No se puede comulgar por la mañana y maltratar a la gente por la tarde”.

Parece que este Señor, desde luego, tiene un punto de vista similar al de A.C. y al de Franklin, y no dudo que su notable éxito tenga algo que ver con esta actitud suya.

¿De dónde sacaron ellos tres esta idea que ha contribuido a su felicidad, a su paz y a su alegría? Quizás leyeron un día el evangelio de este domingo (Mateo 5, 17-37). La esencia de su idea está contenida en él.

El Señor nos habla hoy de la Ley.

Y declara que de ninguna manera ha venido él a anularla. Por el contrario, dice que ha venido a perfeccionarla.

Y pone varios ejemplos. Uno de ellos se refiere a una ley muy conocida: no matarás.

Dice el Señor: “Pues yo les digo: Todo el que trate con coraje a su hermano... el que lo insulte... el que lo llame estúpido... está violando esta ley”.

La buena noticia de hoy es un llamado a que los hombres superemos dar cumplimiento (cumplo y miento) estricto a las leyes.

Es una promesa de que el Espíritu Santo desea producir en nosotros el cambio interior que nos eleve de categoría y de dignidad.

Son palabras motivadoras aceptar un crecimiento en autenticidad y en delicadeza.

A las personas que lo hacen les va bien. A.C. es feliz, Franklin es famoso, J.L. es un hombre de éxito.

La idea que le propongo es ésta: En vista de que: “No es posible comulgar por la mañana y maltratar a la gente por la tarde”.

Durante esta semana yo: “No hablaré mal de hombre alguno, y de todos diré todo lo bueno que sepa”.

Haciendo esto, no solo cumpliremos el espíritu de una ley, sino que además creceremos en felicidad, en buena fama y en éxito.

La pregunta de hoy ¿Cuál es la diferencia entre acto y actitud? Los actos son algo externo, y la actitud está en el interior. Los actos pueden fingirse, la actitud es la propia verdad. Una persona puede parecer muy fervorosa y estar llena de odio internamente. Otra puede parecer indiferente y, sin embargo, puede ser alguien que converse con Dios en su interior constantemente.

Desde luego, lo perfecto es la autenticidad y la delicadeza: “que los actos correspondan a la actitud”, porque...

“De la abundancia del corazón habla la boca”.

Nota: el libro que recopila los artículos “Dos minutos” se está vendiendo en Pastelería Delacasa, en Librería Paulinas y en Centro Copiadora Naco.

Tags relacionados