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Trascendencia de un encuentro


Reverendo P. Gustavo Carles

Hoy, donde quiera que se encuentre un cubano, la virgen de la Caridad del Cobre estará junto a él.

Hay hechos en las historias de los pueblos, cuya significación más profunda y su relevancia histórica no se descubren, sino cuando, mirados desde lejos percibimos su impacto en el momento histórico en que acaecen, sus ramificaciones a través del tiempo y sus influencias en la conciencia y en la vida de los pueblos.

Esto es precisamente lo que sucede con la aparición de la imagen de la Virgen de la

Caridad en la Bahía de Nipe en el año 1612.

Lo que aparentemente fue el simple hallazgo de una imagen de la Virgen, posiblemente de procedencia española, por dos indios cubanos y un esclavo criollo negro, va a tener en la historia de Nuestro Pueblo Cubano una significación y una relevancia histórica que solo después de 400 años empezamos a descubrir.

Entre las luces y sombras que nos trajo España, de Castilla, con el descubrimiento y colonización, nos vinieron el cristianismo y la religión católica. ¿Qué mucho, pues, que de España viniera la Madre, si de allí vino el Hijo?

Desde entonces nuestra América, fue salpicada de advocaciones marianas, y en sus 21 repúblicas la Madre de Dios ha penetrado tanto y de tal forma que se ha convertido en patrona de cada una de ellas.

Ya en los albores del nacimiento de nuestro continente, en el 1531 se hacía presente en el cerro del Tepeyac, la Madre de Dios, la que se convertiría en patrona de todo nuestro continente, la Virgen de Guadalupe.

En nuestra Cuba, en medio del huracán, misterio desafiante de la naturaleza, emergió una pequeña imagen morena de 40 centímetros de alto, y en su aparición hay todo un mensaje de evangelización liberadora. Se aparece morena, como los representantes autóctonos de nuestro pueblo en ese tiempo. Se aparece a los más humildes y oprimidos de nuestro pueblo: dos indios y un negrito esclavo criollo. Se aparece con un mensaje de amor y de libertad inscrito en la misma tablilla en la que flotaba. "Yo soy la Virgen de la Caridad".

La aparición de la Virgen de la Caridad no solo tiene un efecto de transculturización religiosa sino que ayudó a formar la identidad cubana. Esa advocación mariana formará parte del alma de Cuba, de tal manera que será símbolo de nuestra cubanía.

Y en ausencia de la canoa con los tres Juanes, nuestra isla entera será su canoa: un inmenso tronco de caoba, cedro y caguairán... en el que navegamos todos los cubanos

gracias a su amparo virginal.

La Virgen de la Caridad, que fue Virgen trigueña para los castellanos conquistadores, llegó a ser como una frecuente paradoja de las creencias culturales, la Virgen Cubana, Virgen Mambisa y anti española, según decía el sentimentalismo de los patriotas cubanos. exaltados cuando el hervor de las contiendas separatistas. Y así se le dio el título de Virgen Mambisa. Ella estará muy presente entre los grandes paladines de nuestras guerras por la independencia; Agramonte, cargaba el machete con el grito: "que la Caridad del Cobre nos ilumine. Y Maceo cuando alguien le preguntó: ¿Y con que vamos a cargar?Contestó: "Vamos a cargar con el machete y con la Caridad del Cobre". El Apóstol de nuestra independencia títuló en uno de sus versos "Virgen María" cuando iba por los caminos del mundo gritando el dolor de Cuba, dirigió a la Virgen este ruego vehemente:

"Madre mía de mi vida y de mi alma, Dulce Flor encendida, Resplandeciente y Amorosa Gasa que mi espíritu abriga. Mata en mí la zozobra y entre la sombra de mi alma brilla...!

El peregrino muera! ¡Que la Patria no gima!"

La virgen de la Caridad del Cobre surge en las crónicas de Cuba, en los albores del siglo XVII y desde entonces han tenido creciente difusión así su devoción y culto como el enmarañamiento alrededor de ella de las culturas hispanas, indianas y africanas, por lo cual todo ello vino a configurar y sintetizar la identidad cubana.

Somos un pueblo mestizo cuyas raíces se extienden por cuatro continentes, y en la sedimentación de esos tan diversos aportes se ha producido lo que ahora somos.

Somos el producto de una cohesión y amalgama de diferentes razas: hispánica, india, africana y criolla. España nos trajó sus ritmos, bailes, música e instrumentos musicales.

Con los negros africanos nos vino su cultura, y en sus mitos, en sus leyendas, en sus cantos y sus bailes, su creencia y supersticiones y hasta en su vocabulario hay que ir a buscar para descubrir la raíz principal y la verdadera personalidad determinante de las manifestaciones folkloricas cubanas. Las corrientes espirituales católicas, paganas y animistas de nuestro negros africanos, esclavos que trajo la trata esclavista, convergieron para formar la devoción de la Virgen del Cobre. Todo ello ha estado tan entrelazado a través de la historia que ha dado a luz a lo que se llama identidad cubana. Y todo lo hemos sintetizado en esa pequeña imagen.

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