Creativos publicitarios

Los creativos publicitarios de este tiempo han contado con múltiples facilidades que en la era análoga de esta profesión no existían. Independientemente de los aspectos propios de la tecnología, que es un plus para el trabajo creativo de hoy, tienen el privilegio de poder acceder a las universidades y formarse. Pero también tienen la dicha de ejercer en una era donde son comunes las alianzas entre agencias locales e internacionales y eso abre un universo de oportunidades para ir a la vanguardia en conocimiento, metodología y práctica.

Esos aspectos han sido esenciales para que en el país tengamos hoy una buena cosecha de excelentes creativos publicitarios, los cuales, cada vez con mayor frecuencia, se lucen en las grandes premiaciones internacionales donde se galardonan las grandes campañas de publicidad como son, por ejemplo, los Cannes Lions, Am Awards, Clio Awards, Effie Awards Latin American, Etc. Esa es la mejor evidencia de ese crecimiento.

Los creativos de esta era, además de contar con talento, han tenido escuela. Un porcentaje altísimo de los que ejercen este oficio en el país actualmente han egresado de las universidades criollas y algunos hasta han contado con especialidades en el exterior.

Contrario a lo que sucedió con la era análoga. En esa época, muchos profesionales de renombre llegaron a la publicidad desde otro oficio y sin tener una sustentación profesional para ejercerla. Y aquellos que lograron alcanzar algunos conocimientos sobre la materia, lo hicieron de manera autodidacta, pero ya estando dentro de la industria, como es el caso de Efraím Castillo, Freddy Ortiz, René del Risco, Rafael Vásquez, Iván García Guerra, René Rodríguez Soriano, Nandy Rivas, Yaqui Núñez del Risco, Víctor Víctor, José Antonio Rodríguez, Peter Croes, Raúl Bartolomé, Ramón Saba, Ramoncito Díaz, entre otras figuras provenientes del canto, la locución, el teatro, la literatura, etc.

Esa era de la creatividad estuvo ocupada por personas que ejercían a pura intuición. Solo apoyaban su trabajo en el talento para escribir y tejer historias más o menos atractivas para los clientes de la época.

El fundamento conceptual del trabajo no existía.

La mayoría de los creativos de ésta era están preparados para hablar en el mismo lenguaje de los clientes en términos mercadológicos. Han sido formados para poder hacerlo y así integrarse con mayor facilidad a los dilemas de productos y servicios. Disponen de mayores herramientas para elaborar conceptos creativos de mayor trascendencia. Y estos aspectos agregan valor a su trabajo.

Una cosa es ser un artista de la comunicación publicitaria y poseer el talento para desarrollar campañas atractivas, y otra cosa es el intelectual de la creatividad que le pone a su trabajo la dosis de talento, escuela y expertiz para darle respuestas a los problemas de las marcas con mayor certeza.

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