algo más que palabras

Todo tiene que ser repensado

Vivimos un momento histórico marcado por complicados desafíos. Esto es fruto de la multitud de crisis diversas que padecemos. Hay que repensarlo todo para decidir. La cuestión no es nada fácil. 

Necesitamos más actividad con corazón y menos con intereses, para no despreciarnos ni desdeñar nuestra casa común. 

También precisamos ofrecer mejores servicios sociales, sanitarios o docentes, de compañía o de auxilio, ante el sufrimiento de las gentes. Para empezar, como tarea prioritaria, hemos de huir de la pasividad, que nos deshumaniza por completo. 

Tomemos conciencia, pues; sobre todo para actuar con prontitud, ante las crecientes desigualdades económicas y las injusticias sociales. Bajo este clima repelente no podemos descansar, ni en periodo vacacional. 

Urge emprender juntos un viaje de transformación y de acción. Ya está bien de quedarnos únicamente en las palabras. Actuemos de forma creativa, con acciones concretas e improrrogables. 

Lo importante es no desfallecer, entusiasmarse movilizando el acto de recapacitar en comunidad. Ya lo dijo, en su momento, el singular dramaturgo y poeta español, Pedro Calderón de la Barca, “quien vive sin pensar, no puede decir que vive”. Sin duda, es menester además vivir de otro modo. 

Será necesario ir paso a paso, ayudar a los más frágiles, movernos y removernos, persuadir a los indiferentes, imaginar nuevas soluciones y esforzarse por llevar a cabo los sueños. Ha de germinar, naturalmente, el fervor de la esperanza; como un árbol en flor, que se mece mansamente, al soplo de las olas.