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PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

Anderledy, un lente para mirar el fin del siglo XIX

El jesuita Anton Anderledy no tenía treinta años y ya lo habían expulsado de Suiza (1847) y de Saboya (1848). Siendo joven sacerdote, se desempeñó como misionero popular entre inmigrantes de Green-Bay, Míchigan y luego en cuarenta ciudades alemanas. Su carrera de superior inició al resentirse su salud por sus intensas labores apostólicas. Empezó como superior de los jesuitas que estudiaban teología en Alemania (1853 – 1859) y luego como Provincial (1859 – 1865). Resulta curioso que este misionero popular fundase dos revistas científicas de calidad internacional. En 1870 fue llamado a Roma como asistente del P. General. En 1873 fue expulsado de Roma junto con todos los jesuitas. Acompañó al P. General Beckx a Fiésole, cerca de Florencia.

Los quebrantos de salud del Padre General Beckx obligaron a la Compañía de Jesús a nombrar al P. Anderledy como Vicario (1883 – 1887) con derecho a sucesión. Anderledy fue General los años 1897 – 1892. Además de ocuparse de una sólida formación para los predicadores, su agenda tenía cuatro puntos: que los jóvenes jesuitas se capacitaran en las ciencias; acompañar a los jesuitas expulsos de Francia e Italia; promover la actividad misionera y que las reglas de la Compañía se observasen escrupulosamente. En esta última tarea no faltó quien le acusara de rigorismo.

Los cinco años de su generalato enfrentó las dificultades de coordinar las actividades de la Compañía de Jesús desde Fiésole, pequeña población italiana mal comunicada. Le tocó ayudar como pudo a todos los jesuitas de Italia y Francia. Los gobiernos anticlericales enviaron al exilio a todos aquellos jesuitas dedicados a la educación de la juventud y la formación de la joven Compañía. Las misiones que apoyaban los jesuitas de Italia y Francia, en América y Asia, se beneficiaron de este grupo de exiliados jesuitas europeos de talento que llegaron para fortalecer sus proyectos. La presencia jesuita se intensificó en Canadá, sección independiente desde 1887, Moldavia (Rumanía) Puna (India), en El Minya (Egipto), Bosnia, Hungría, Austria, China, Bélgica, Spokane en el estado de Washington, Denver, Los Gatos, California y Madagascar, entre otros.

Cuando el papa León XIII escribió contra la masonería, Anderledy animó a la Compañía a que apoyara esa lucha.

Según el Diccionario Histórico S.J., los jesuitas pasaron de 11,481 en 1884, a contar con 13, 275 miembros en 1892.