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DE VARIADOS TEMAS

Las rueditas

En la tertulia literaria, una voz se alzó para quejarse de la ausencia de voces que una vez fueron aguerridas, contestatarias; tribunas críticas de los abusos del poder y defensoras de las masas. Hasta citó nombres. Y yo le dije: “Las rueditas, amigo, las rueditas”.

Todos me miraron esperando aclaración, y así lo hice: “Siendo niño, mi madre me regaló una bicicletita que tenía dos rueditas laterales. Iba al parque de Pimentel los fines de semana a montar orgulloso en mi bicicleta, pero siempre con las cómodas dos rueditas de soporte.

Pronto noté que los demás contemporáneos le habían quitado las rueditas a sus bicis y las dominaban. Uno de los tres médicos del pueblo, el Dr. Javielito Achécar, me dijo un día: Si no te liberas de las rueditas, nunca sabrás montar. La bicicleta te dominará siempre, no tú a ella”.

Extrañamos voces que han sido silenciadas por las “rueditas” de la pensión, el nombramiento simbólico, aunque re- munerado; el contrato, o las colocaciones de publicidad oficial en programas. Se acostumbraron a rodar por la vida, soportados por la comodidad de las rueditas del dinero, quizás cansados de “pujar abajo” y ver que los años se les van entre los dedos.

Concluí reseñando fragmentos de un poema escrito por el poeta y publicitario Raúl Bartolomé: “En algún momento alguien le dio de comer a la poesía el fruto/ del árbol prohibido/y vio que el fruto era bueno/y se sentó debajo del árbol, glotona, la poesía/ hartándose de palabras no conocidas como abundancia,/ confort, prosperidad, lujo, pompa, ostentación: la buena vida./Solidaridad tenía mal gusto./La palabra compañero fue veneno./ Y engordó tanto la poesía comiendo las migajas del poder/ que la lengua no le cupo entre los dientes/que la baba escribía sobre el papel/y la conciencia bailaba rumba abierta/el ritmo vergonzoso del ser y el no ser./ Tanta baba, tanta baba limpiando sacos, oficinas, cañerías/ que poco a poco en su charco,/en su miasma, /se fue hundiendo la poesía/pero iba llena, satisfecha, bien vestida, sin problemas,/ la poesía.”

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