Pelotero haitiano es dominicano

Que el país no puede ser la sala de partos de Haití es una atinada advertencia del presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán. Lo que dice va más allá de los costos que esto implica. Tiene que ver con temas futuros. El curioso caso del haitiano pelotero Estevan Florial es una pequeña muestra. Este prospecto de los Yankees de New York, con amplia cotización y augurado éxito en el beisbol de grandes ligas, llegó a la organización y viajó a los Estados Unidos con una falsa identidad. Además de usar el hombre de Haniel D¥Oleo, se hacía pasar por dominicano.

Ese descubierto delito provocó que supuestamente fuera suspendido por un año el beisbol organizado. Actualmente, según reportes de prensa, tiene cédula de identidad y electoral. Este pelotero llegó de niño al país y se formó como atleta dominicano. En Haití no es regular la práctica del beisbol sino e fútbol. Se puede creer que su identidad ahora es dominicana.

El entresijo de su actual identidad es otro tema, porque cuando existe el dinero muchas barreras caen por si solas. Las indagatorias profundas lo único que le acarrearan serían disgustos a las partes involucradas. El beisbol tampoco es negocio de santos.

Lo que salta como detalle es que un haitiano pasa a ser dominicano por obra y gracia de no sabemos quién. Es un atleta que podría contribuir con la mejoría económica de su familia, pero eso tampoco es el caso. En pocos años veremos repetirse esa historia. Quizá con ribetes de tragedia.

La invasión silente de los haitianos se manifiesta por la migración ilegal que se ancla en el amparo de la explotación del trabajo mal pagado por contratistas dominicanos, y también por las parturientas haitianas.

Mucho se habla de los altos recursos que invierte el Estado para atender las mujeres haitianas que traen sus hijos en todos los hospitales del país. Algunas se los llevan, otras los dejan abandonados y una cantidad se queda a residir involuntariamente aquí. Entre el grupo hay un lazo común: su nacimiento se registra en la República Dominicana. Los actuales periquitos de nacionalidad es un tópico que el tiempo puede barrer. Así como una sentencia estableció los requisitos de nacionalidad, otra podría cambiarlos. Los vaivenes de la política son ondas conocidas. Somos un país pequeño y las presiones grandes vienen de fuera. El peligro late.