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PENSANDO

Enfrentar la mediocridad pensando

En la vida no hay mayor satisfacción que poder transitar a través de ella ocupando el lugar que nos corresponde; ese lugar libre de adulonerías y oportunismos, con la inversión que tenemos que sacrificar para realizarnos en la percepción de saber recibir las oportunidades con el talento que poseamos, acompañado de la consistencia y responsabilidad para desarrollarnos sin atropellar y obstaculizar a los que sueñan con nuestros sueños.

Esa convicción de progresar sin negociar el honor y la dignidad es la mejor arma para derrotar el resentimiento de aquellos que aspiran ser un obstáculo en nuestros propósitos, porque terminan siendo víctimas de sus propias miserias. Cuando un héroe levanta la espada contra el enemigo que resiste y lo somete, queda suficientemente satisfecho.

No es honorable pisotear el objeto que teme, no es virtuoso insultar lo inferior, es preferible instruir al insolente mediocre y perdonar al humilde para conquistar la victoria.

El que no tiene valentía para ascender, suple la conquista con la perversidad. Las profesiones, posiciones y conquistas que vamos logrando deben servirnos para multiplicar nuestro respeto, ayudando a los que nos rodean, aceptando sus diferencias conceptuales y valorando a las personas por su honestidad y formación educativa. Da pena ver individuos que llegan a una posición y descargan a través de ella su resentimiento como forma de mantenerse en la misma golpeando a los demás, que es golpearse a sí mismo por su poca calidad profesional. Las limitaciones morales y profesionales terminan por despedirlos de la manera más lastimosa que envuelve la mediocridad de sus acciones.

Es importante aprender que todo en la vida tiene su tiempo para poner las cosas en su justo lugar y que ese tiempo debemos emplearlo para nutrirlo con acciones que nos ayuden a desarrollarnos material y espiritualmente sin dar cabida a la mediocridad. Nada es más fácil que vengar una ofensa, pero nada es tan honorable como perdonarla y no hay mayor satisfacción que transitar la vida en el carril que nos pertenece, porque al mirar hacia atrás, siempre se quedarán los mediocres.

Es necesario cerrar las puertas a la mediocridad porque con ello abrimos un futuro promisorio a los que se desarrollan apoyados en una efectiva preparación cónsona con un mejor porvenir. Publica todos los jueves

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