Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

FUERA DE CÁMARA

En la Casa Blanca

La historia no solamente está conformada por los hechos que marcaron la evolución del hombre. También es el devenir diario con escasos instantes felices y predominio del caos, la contradicción, las guerras, la negación, el sufrimiento... Ha sido así siempre, desde que existen registros de la humanidad. Las empresas e instituciones, por simples que parezcan, no son la excepción. Quien enarbole la existencia de una sola entidad armoniosamente funcional es porque nunca ha formado parte de los niveles jerárquicos en que se deciden las cosas. Es lo que explica, precisamente, la estructura de mando piramidal que hace posible la disciplina capitalista. Por ejemplo, la Casa Blanca --esa bicentenaria mansión que aloja al Presidente de la nación más poderosa del mundo y prácticamente al gobierno de los Estados Unidos--, nunca ha funcionado en armonía perfecta. Desde su fundación, el 13 de octubre de 1792, aquello ha sido una olla de grillos.

Ahora mismo, la diferencia con cualquier estadio anterior está siendo trazada por la negación del fenómeno Trump mediante todo tipo de maledicencia mediática.

Es como si los perdedores dijeran: No debió ser el Presidente de los Estados Unidos; pero ya que lo es, vamos a reventarlo lo más rápido posible...

La etiqueta negativa pegada sobre la espalda de Trump lo ha convertido en un blanco tan fácil para el ataque que cualquier Juan de los Palotes cree que puede lavarse la mugre con él. A juzgar por los escándalos de la Casa Blanca, parece que hasta sus colaboradores han querido dañarlo soplando cuanta miseria le sea adversa.

... Primero fue James Comey Trump comenzó a frenar esa situación sustituyendo al director del FBI por un militar. Luego fichó al “lobo de Wall Street”, Anthony Scaramucci, como director de Comunicaciones, y a John Kelly, general de cuatro estrellas, como jefe de staff de la Casa Blanca.

Muchos no se percataron de la misión de Scaramucci porque apenas duró 10 días en el cargo. Pero su debut y despedida fue lo más parecido al lanzador joven prometedor de Triple A, a quien suben a las grandes ligas con la finalidad de lanzar un único partido para después regresarlo a las menores. Scaramucci llegó a la Casa Blanca para establecer entre los funcionarios la primera línea de defensa del Presidente frente a la prensa o en público. Y no lo hizo de cualquier manera. sino dando un puñetazo sobre la mesa y recordando que nadie fue contratado para promover su propia agenda política sino la de Trump. Después de esa extraña aparición, no es inusual oír en la introducción o al cierre de las intervenciones de sus colaboradores, frases como: De acuerdo con los objetivos de Trump, bajo el liderazgo de Trump, gracias a la gestión de Trump, cumpliendo con la promesa de Trump... Sin duda alguna, el Presidente de los estados unidos ha puesto orden en la casa... en la Casa Blanca.

Steve Bannon... también fuera Bannon fue uno de los pocos sobrevivientes de ese primer equipo que al final terminaron todos convertidos en “los indeseables de Trump”, se puso a inventar contrariando la posición del Presidente sobre el tema de Corea del Norte, y ya está fuera de la Casa Blanca.

Sin bien este estilo pudiera tipificarse como tercermundista, no menos cierto es que en este momento viene bien para fortalecer la aureola del Presidente de los Estados Unidos. Nadie ataca al fuerte sino al débil. La incorporación de militares en puestos civiles cumple con el objetivo de blindar al Presidente. Los uniformados son buenísimos y no hablan, no les gusta la prensa, son herméticos y no dejan margen para las filtraciones...

¡... Así son los guardias, siempre han sido así!

Tags relacionados